Sin duda uno de mis rincones preferidos de nuestro vecino Portugal. Les hablo de las islas Berlengas.

Declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO en junio de 2011, este archipiélago de las Berlengas, ubicado a unos 8 km del famoso Cabo Carvoeiro, está formado por islas de granito en pleno Océano Atlántico.

Fue el primer área protegida del país cuando Afonso V, rey de Portugal en 1465, prohibió la práctica de la pesca en la isla principal, la "Berlenga Grande" (la única visitable de las 3 que integran este archipiélago, y cuyas casitas blancas de pescadores encaramadas en las laderas de la isla le dan un encanto especial a la estampa).

La isla es muy bonita, y tiene muchos rincones interesantes a lo largo de sus rutas de senderismo, como el faro del Duque de Bragança,  o por ejemplo la formación rocosa conocida como Cabeça do Elefante, que se adentra en la Gruta Azul, etc, pero sin duda el rincón que más me gustó fue el Forte de São João Baptista, construído en el siglo XVII directamente sobre una enorme roca. Sus pequeñas ventanas y una única puerta de entrada, que se aislaba de la isla gracias a un puente levadizo, lo convirtieron en una plaza casi inexpugnable en el sudeste de la isla.

Ha tenido muchos usos a la lo largo de la historia. Fue punto defensivo de la península de Peniche e incluso una cárcel, siendo después abandonado y, en la actualidad, hasta donde yo sé, es un albergue.

Además, el buceo, navegar en algún barco de suelo acristalado o los kayaks son actividades casi obligatorias en sus aguas cristalinas y poder obrsevar así su interesante ecosistema marino.