Situada en la costa sur de Portugal, en la región de El Algarve, se puede llegar hasta ella desde el mar en barco/a, kayak o stan up paddle, y una vez se llega hasta ella, no deja indiferente a nadie, créanme, con su propia playita interior y su impresionante techo abovedado y abierto por donde entran unos fantásticos rayos de luz.

La cueva está a unos 150 metros de la pequeña aldea pesquera de Benagil, y aunque puede llegarse nadando, no es buena idea porque las corrientes en esa zona son muy fuertes, (además del hecho de que el agua está bastante fría -cosas del Atlántico-). También puede llegarse hasta esta maravilla natural mediante excursiones organizadas, porque además los barcos pequeños pueden entrar en la cueva, aunque no desembarcar, para evitar las masificaciones supongo.

Una buena hora para visitar la cueva es sobre el mediodía, entre las 11:00h y las 14:00h, más o menos (dependiendo de la estación del año) ya que a esa hora el sol "se cuela" directamente por la abertura superior de la cueva y la ilumina de una forma fantástica, casi mágica.

Aunque yo he destacado en esta ocasión esta cueva, lo cierto es que la costa de mi adorada Portugal está plagada de rincones fabulosos: playas, cuevas, grutas marinas, etc, desde Carvoeiro hasta Albufeira, y cerca de Lagos, en Ponta de Piedade.

Conociendo como conozco el país, es precioso allá donde vayas, y siempre es un buen destino para visitar.