En mi viaje a Tallin, recuerdo la experiencia de haber comido en una auténtica taberna medieval, III Draakon.
Aún recuerdo el ambiente oscuro, íntimo, las mesas de madera iluminadas con candelas y los platos y jarras de cerveza de barro.
Una auténtica experiencia medieval en pleno centro de Tallin, que sin duda merece la pena.
😉👍