Ubicado en la Isla de Fogo, en el archipiélago de Cabo Verde, y dentro del Parque Natural del mismo nombre, tiene una altitud de 2.829 metros, entró en erupción por última vez (lo ha hecho en muchas ocasiones) en el año 2014 y es para mi, sin duda, el gran atractivo de la isla.

Esta isla, menos visitada que otras del archipiélago, es la 4º en tamaño de Cabo Verde, y en ella destacan, además de su capital, Sao Felipe, con sus bonitas casas de arquitectura tradicional y colonial, sus amables gentes, su impresionante cráter (esa llanura de lava y cenizas llamada Cha das Caldeiras), sus paisajes volcánicos,  sus valles de bosques de eucaliptos, las playas de arena negra, el cultivo de café o por ejemplo su "vino volcánico".

En la erupción de 2014 se cubrieron las casas de Cha das Caldeiras, quedando sólo los tejados a la vista. Sus gentes no tenían otro sitio adonde ir, así que, cuando el magma se enfrió, regresaron, con un par, a un pueblo "tragado" por una gigantesca lengua de piedra. Se pusieron a excavar accesos para sus hogares, transformados en cuevas y construyeron nuevas estructuras sobre la lava negra. Plantaron vides en las cenizas, y siguieron con su vida.

Es sin duda una isla donde el senderismo/trekking (con guía) es la actividad favorita de los que hasta aquí llegan, y el ascenso al Pico do Fogo es la "ruta estrella", pudiendo descender por la cenizas de las pendientes a la vez que se disfruta de unos parajes volcánicos espectaculares y unas lenguas de lava perfectamente nítidas. Pueden alojarse además en el albergue situado en el cráter del volcán.

La verdad es que los paralelismos con las hermosas islas Canarias (España) son enormes.

Un paisaje multicolor que sin duda vale la pena visitar. La ruta dura varias horas pero les aseguro que vale la pena...