En distintas partes del mundo diferentes culturas tienen variadas formas de celebrar o ritualizar la muerte, pero hay algunas que son francamente curiosas y/o peculiares: este es el caso de la tribu Igorot, o tribu de los igorotes, (término que significa "montaña") quienes en realidad son 6 tribus, en la isla de Luzón, una de las más importantes de Filipinas.
Cuando un igorot fallece, los miembros de su tribu fabrican un ataúd en madera, introducen ahí al difunto y tras un ritual fúnebre (incluso cuelgan sillas para ello al lado de los ataúdes) proceden a colgarlo en una de las paredes de los acantilados de las montañas (razón por la que el lugar ha llegado a ser conocido como "de los muertos colgantes", o "los ataúdes colgantes de Sagada").
Los ataúdes en ocasiones son marcados con el nombre de la persona para que los miembros de la tribu sepan en qué ataúd se encuentra su miembro tribal.
Para ellos “es importante que puedan recibir la luz del sol, para que el sol le de vida al alma de los muertos”.
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Hasta la muerte se vive de otras formas en otras partes del mundo. 👀