Una bandera curiosa donde las haya, la de la la Isla de Man, situada en el Mar de Irlanda, entre Irlanda y Gran Bretaña. Habitada desde el año 6.500 a.C., la influencia celta que existe sobre ella es un hecho constatado desde el siglo V d.C.
Hoy forma parte de las Naciones Celtas (junto con Irlanda, Cornualles, Bretaña, Escocia y Gales), pero a lo largo de su historia ha sido parte de diferentes reinos, como los de Noruega, Escocia e Inglaterra.
Su símbolo nacional, que también aparece en el escudo oficial, desde el siglo XIV, son las Tres Piernas de Man, un trisquel formado por tres piernas armadas, que están dobladas por la rodilla y que se mantienen unidas a través de los muslos.
Las piernas están corriendo en el sentido de las agujas del reloj y llevan el lema “Quocunque Jeceris Stabit” (“Allá donde lo tires quedará”), haciendo referencia a la independencia y resistencia que los habitantes de la isla dicen poseer.
La explicación que se da al origen de este emblema se cuenta en una leyenda manesa (el idioma manés fue una lengua celta que se hablaba en la isla) que narra las aventuras del dios Manannán, y cuenta como éste logró evitar la invasión de la isla transformándose en tres piernas y echándose a rodar colina abajo, consiguiendo batir así al enemigo.
Otra interpretación achaca su origen a que un día que Manannán estaba enfurecido, incendió las piernas y las echó a rodar por una colina.
Lo que parece es que el símbolo está relacionado con la insignia de Sicilia, la Trinacria, que representa tres piernas corriendo, en torno a una cabeza de Medusa, y con la cruz esvástica. Ambos eran ya utilizados en las tradiciones paganas y hacían referencia al sol.
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