Situado en el departamento de Rocha, al sureste de Uruguay, a casi 300 km de Montevideo, la capital del país, es lo más parecido a un paraíso costero de tranquilas playas fundado por pescadores, con un faro centenario, lobos marinos, campos de dunas, restaurantes, bares y alojamientos instalados en pequeñas cabañas y un ambiente singularmente bohemio y alternativo (hay mucho mochilero por allá).

Cabo Polonio está dentro de una área protegida, por lo que a este lugar sólo se llega a pie o a través de camiones, y sin duda es un pueblecito para olvidarse de la rutina y desenchufarse de la vida cotidiana. El lugar tiene su propio ritmo, sin prisas, un lugar que especialmente fuera de la época veraniega es más que recomendable.

Además de su faro, sus playas (Calavera y Playa Sur), sus dunas y los lobos marinos, llama la atención en este lugar que no hay vallas, ni cercas, aquí se camina (o se pasea a caballo) por donde uno quiere, y además los meses de septiembre-octubre son época de avistamienntos de mamíferos marinos como las ballenas.

Lo que desde luego es un espectáculo es la noche en este lugar si pillamos un día despejado, ya que la luminosidad del lugar no es demasiada (en buena parte del lugar se iluminan con velas o con generadores propios, así que es buena idea llevar linternas), por lo que pueden verse las estrellas con el ruido del mar de fondo.

La mejor época para visitar el lugar es a finales de la Primavera austral (noviembre-diciembre) o a principios del otoño (finales de marzo-abril) cuando las temperaturas son agradables y no hay tanta gente.

Es un lugar a cuidar, bohemio y sin suministro público de energía eléctrica pero con un encanto muy especial... Allí no hay palmeras, ni arrecifes de coral y el agua es más fría que en el Caribe; pero es uno de esos rincones del mundo que merecen ser visitados.