La Ciudadela de Carcassonne es posiblemente el más impresionante conjunto fortificado que aún puede admirarse en Europa, situada en la cima de una colina en el área de Languedoc, al sur de Francia, y declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad hace más de 20 años.

Para quien no la haya visitado, es sencillamente espectacular, con sus aprox. 3 km de murallas, sus 52 torres, sus 2 impresionantes puertas, su castillo, su basílica, el laberinto de sus murallas almenadas, sus escaleras, pasos en zigzag y pasajes abovedados, es la imagen misma de la arquitectura medieval.

Antiguo oppidum transformado en el s. I a.C. en ciudad romana, y tras el paso de diversas culturas por ella, en el s. XI la Ciudad pasa a ser posesión del vizconde Trencavel, que domina entonces el Bajo-Languedoc. Tras la Cruzada contra los Albigenses, la ciudad se convierte en una de las plazas fuertes emblemáticas del reino, en la frontera que separaba Francia y el Reino de Aragón, seguidamente Reino de España.

Tras el Tratado de los Pirineos en 1659 que anexionó el Roussillon a Francia, la Ciudad pierde su papel estratégico, y queda en un estado de abandono. Ya en el s. XIX recupera su esplendor con sus sucesivas restauraciones.

Esto a modo de introducción, porque de lo que quería hablar realmente es de la leyenda de la "Dame Carcas", mujer del rey sarraceno Balaack y cuya estatua puede verse en la Ciudadela, antes del puente levadizo.

La leyenda cuenta que Carlomagno asedió la ciudad durante unos 5 años , firmemente decidido a que la ciudad sucumbiera de hambre por el bloqueo al que la sometía. La "Dame Carcas", de forma muy ingeniosa,  fabricó algunos muñecos que colocó convenientemente en las escarpas de manera para que parecieran soldados y básicamente hacía que éstos se pasaran todo el día lanzando flechas al campamento enemigo.

También se dice que, en un gesto de lo más astuto, hizo comer todo el trigo que quedaba al único cerdo vivo y lo tiró desde lo alto de la torre. Cuando desde el campamento enemigo vieron la cantidad de trigo que salía de la panza del cerdo, tras 5 años de asedio, se desanimaron y Carlomagno abandonó el asedio.

Tras esta ingeniosa victoria y después de tanto tiempo, hizo que tocaran las trompetas para llamar al emperador, éste no las oía y su escudero exclamó: "Monseigneur, Carcas te sonne" (Mi señor, Carcas te llama). Se dice que en ese momento nació el nombre de Carcassonne.

Aquí hay muchas cosas que ver, no sólo la Ciudadela. También está la Basílica gótica de Saint Nazaire y sus magníficas vidrieras de los s. XIII y XIV, la Bastide Saint-Louis, el Pont Vieux (o Puente Viejo): puente de piedra que sustituyó al puente feudal construido aguas arriba en otro tiempo y que data de comienzos del s. XIV, el Canal du Midi y su entorno, otras abadías y castillos cátaros o las numerosas fincas vinícolas donde disfrutar de exquisitos caldos.