Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 1985, está situado en el distrito de Chavín, provincia de Huari, en el departamento de Áncash, a unos 250 kilómetros al norte de Lima, y fue el primer gran centro de religioso y de peregrinación en la historia de Sudamérica.

Este lugar, de lo más singular, fue el centro administrativo y religioso de la cultura prehispánica y preincaica Chavín, que se desarrolló en la costa norte del país aproximadamente entre los años 900 y 200 a.C., abarcando desde el norte de los departamentos actuales de Lima hasta La Libertad.

El culto practicado en este lugar, formado por varias construcciones y aproximadamente 36 túneles o pasadizos que transcurren bajo tierra y que se comunican entre sí, se extendió por el área andina casi 3.000 años antes de que los incas dominaran la zona.

Posiblemente la construcción más importante que aquí puede encontrarse sea el Templo Mayor, una pirámide truncada en la que puede observarse el gran trabajo realizado en piedra, además, por supuesto, de los ya mencionados túneles y galerías hechas totalmente de piedra, y que se conectan con el exterior a través de conductos estratégicamente colocados para ventilar estos pasadizos y que penetre la luz.

Esta cultura, la Chavín, es conocida por representar a seres humanos con características felinas y de aves de rapiña, un trabajo manual muy detallado que está presente en todas sus construcciones.

Dentro del templo principal del complejo de Chavín de Huantar podemos encontrar cosas muy curiosas, como el lanzón monolítico, una impresionante pieza de piedra de más de 4 metros de altura tallada y clavada justo en el centro de las galerías interiores del templo. También es muy curioso el tema de las cabezas que se encontraban empotradas en los muros exteriores del templo (de las 56 cabezas que podían hallarse aquí, sólo una se mantiene en su lugar original).

Sin duda es un lugar de lo más interesante, más allá del mundialmente conocido Machu Picchu.