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Historia

Cómo afrontar momentos difíciles durante el confinamiento debido al COVID-19

Cómo afrontar momentos difíciles durante el confinamiento debido al COVID-19

Como siempre, y durante este confinamiento que estamos viviendo, queremos aportar consejos útiles, para que puedas llevar lo mejor posible esta situación:

El exceso de información negativa, centrada en la enfermedad, el contagio y la muerte, presente en la situación actual, nos puede llevar activar pensamientos irracionales, negativos y catastrofistas, del tipo "me puedo contagiar", “puedo morir o perder a alguien”, "me voy a quedar sin trabajo", "me puedo quedar sin alimentos", "esto se va alargar mucho"...

Las dudas, la incertidumbre y el miedo, son sentimientos humanos y básicos ante una situación desconocida y nueva, como ocurre ante cualquier cambio de nuestra vida. Estos sentimientos, si bien son adaptativos y requieren de un tiempo para poder asentarlos y darles paulatina respuesta, pueden conducirnos a momentos personales y familiares de elevado estrés y ansiedad.

En estos momentos, es muy importante ser consciente de que nuestro propio pensamiento puede estar alimentando más ese temor, el cual nos puede llevar a situaciones de estrés, que repercutan en nuestra familia. Conviene, por tanto, identificar aquellos pensamientos erróneos que puedan dar lugar a situaciones de malestar o conflicto familiar. Algunos ejemplos, son:

• Filtraje: Se trata de una forma de pensamiento en los que sólo nos quedamos con los detalles negativos de la situación, y los aumentamos, evitando los positivos. Por ejemplo, ante esta situación nos solemos fijar en el número de contagiados/as y de fallecidos/as, pero no en el número de curados/as.

• Sobregeneralización: Consiste en extraer una conclusión general de un hecho aislado. Por ejemplo: "todos/as vamos a morir", "nunca saldremos de esta crisis", "nadie se va a librar de este contagio".

• Polarización: En estos pensamientos no hay término medio "o negro o blanco", por ejemplo, "si me contagio me muero o vivo", en cambio, no es cierto, puesto que una persona puede ser asintomática o sufrir unos síntomas leves. Casi nunca nada es totalmente bueno o totalmente malo.

• Catastrofismo: El pensamiento está gobernado por la percepción de desastre o de solución final negativa; identificamos lo que vemos o escuchamos acerca de lo que está ocurriendo como si nos fuera a pasar a nosotros/as. Al menor indicio se piensa que pasara algo terrible y trágico. Por ejemplo "tengo tos, seguro que ya estoy contagiado/a".

• “Debería”: Aquí podemos tener una lista de normas personales rígidas ante la convivencia de cómo deberíamos actuar nosotros/as y los/as demás. Por tanto, las personas que trasgreden estas normas nos molestarán, y también nos sentiremos culpables si las rompemos nosotros/as mismos/as. “Debería estar más preocupado”, “habría que limpiar toda la casa”, “tendríamos que tener las cosas más recogidas”, etc.

Es muy importante saber que estas formas de pensar las tenemos casi todas las personas generalmente, y en momento de crisis se disparan. La idea no es luchar por no tenerlas sino no dejarse arrastrar por ellas, nuestro pensamiento a veces nos pone la zancadilla y podemos caer.

Puesto que estos pensamientos y otros, nos hacen vulnerables en este momento, es preciso identificarlos para evitar momentos difíciles como:

• Malos entendidos: Si algo te ha ofendido es posible que sea mejor no habar en ese momento y retomar ese malentendido en otro menos tenso. Es preciso cargarse de paciencia. Ya que no podemos salir a la calle, puedes ir a un espacio de la casa donde no haya nadie más y avisar de que estarás allí un tiempo.

• Desacuerdos: En esta convivencia forzosa actual, es donde más podemos sentir que cada uno piensa de forma diferente. Trata de hablar por turnos y de llegar a un acuerdo en el que nadie lleve totalmente la razón, ceder intercaladamente e incluso comprender el no entendimiento.

• Sensación de agobio: Ante la continua presencia de los/as demás, es imprescindible dedicarse diariamente un espacio propio, en el que no haya contacto visual ni físico durante un tiempo. Acordar ese tiempo o decidir una hora a la que os volveréis a ver en otra zona común de la casa puede ayudar en esta convivencia.

• Diferentes prioridades: No todos/as tenemos la misma forma de afrontar situaciones difíciles, aunque seamos de la misma familia. Durante las crisis nuestras emociones varían continuamente. Cada miembro de la familia pasará en distintos momentos por distintas emociones, y no tenemos por qué coincidir. Cuando uno está decaído, el otro puede estar animado, y viceversa. Por ello, cada uno/a tendrá rutinas diferentes adaptadas a las obligaciones y necesidades propias. Podemos tener ritmos distintos a los habituales, nos puede costar concentrarnos, escuchar o estar atentos, pues nuestra mente puede estar invadida por otros pensamientos.

 • Reproches: Es importante tratar de evitar el intercambio de reproches y de quejas, en momentos en los que estamos expuestos/as a pasar mucho tiempo juntos/as. Intenta relativizar y no dramatizar determinadas situaciones molestas de las otras personas, ya que es posible que estén siendo presas de sus propios temores, preocupaciones, frustraciones... No obstante, será interesante retomarlo en otro momento, y de forma calmada comentar la ofensa para evitar repetirla.

• Teletrabajo: Es muy probable que algunas personas de nuestro entorno (o nosotros/as mismos/as), no sepan qué va a ocurrir con sus trabajos. Otros tratarán de adaptarse a un cambio añadido como es el trabajar desde casa, o puede darse que unos/as trabajen y otros/as no. Esto puede desencadenar algún conflicto.

Es importante, para prevenir enfados y discusiones, delimitar los espacios de la casa donde se va a trabajar y aquellos en los que se descansa, en función de las posibilidades, y organizar adecuadamente los horarios de trabajo y descanso. Es necesario tener paciencia y ser comprensivos/as con nosotros/as mismos/as, pues atravesamos un momento vulnerable individualmente.

Ahora, más que nunca, es importante reforzarnos positivamente los pequeños actos. Conseguir una buena relación durante este periodo, nos ayudará a reforzar nuestros vínculos familiares.

Comentarios (6)

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yadiratacle • Hace 5 años, 1 mes

Hay que intentar llevarlo, lo mejor posible, porque me parece que aun nos queda

estefilop • Hace 5 años, 1 mes

😖😖😖

rauld • Hace 5 años, 1 mes

jajaja si, queda un tiempito me parece, es una información interesante...

diegolop • Hace 5 años, 1 mes

👍👍👍

rachelsan • Hace 5 años, 1 mes

estoy de acuerdo, además creo que aún nos quedan días por delante...

bearamos • Hace 5 años, 1 mes

me parece una lectura muy útil con la que está cayendo...gracias!