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Curiosidades

¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?

¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?
¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?
¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?
¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?

En el corazón de la hermosa ciudad de Sevilla, en España, se alza una obra maestra arquitectónica que deja a los visitantes maravillados desde hace siglos: la majestuosa Catedral de Sevilla. Este impresionante templo gótico, coronado por la emblemática torre de La Giralda, es mucho más que una catedral; es un testamento de la habilidad humana, la fe y una historia que se remonta a más de cinco siglos.

La historia de la Catedral de Sevilla se remonta al siglo XV, cuando los gobernantes de la ciudad decidieron reemplazar la Gran Mezquita de Sevilla, que en ese entonces ocupaba el lugar. La construcción de la Catedral de Sevilla comenzó en el año 1402 bajo la dirección del arquitecto y escultor Alonso Martínez. Se dice que Martínez se había inspirado en las catedrales góticas de Francia, y esta influencia se refleja claramente en el diseño de la catedral de Sevilla. Sin embargo, Martínez no vivió para ver completada su obra, y fue su sucesor, Juan Gil de Hontañón, quien continuó con el proyecto.

El proceso de construcción fue largo y laborioso, con diversas dificultades técnicas y financieras que surgieron en el camino. Sin embargo, a pesar de los desafíos, la construcción de la catedral avanzó a un ritmo constante, alimentada por la determinación de los habitantes de Sevilla de ver su visión realizada.

Finalmente, después de más de un siglo de trabajo ininterrumpido, la catedral de Sevilla fue consagrada en el año 1507. Con su imponente nave central, sus intrincadas bóvedas y sus elaborados retablos, la catedral representaba el pináculo del estilo gótico en España y se convirtió en un símbolo del poderío de la Iglesia Católica en aquel entonces.

Uno de los aspectos más destacados de la Catedral de Sevilla es su famosa torre, conocida como La Giralda. Originalmente construida como minarete durante la época musulmana, La Giralda fue convertida en campanario cristiano después de la Reconquista. Su diseño único, que combina elementos islámicos y cristianos, la convierte en un monumento singular que atrae a visitantes de todo el mundo.

Hoy en día, la Catedral de Sevilla sigue siendo una de las atracciones turísticas más populares de España, recibiendo millones de visitantes cada año. Además de su impresionante arquitectura, la catedral alberga una rica colección de arte sacro, incluyendo pinturas, esculturas y tesoros litúrgicos que datan de siglos atrás.

Desde su humilde comienzo en el siglo XV hasta su posición actual como el templo gótico más grande del mundo, la Catedral de Sevilla ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo un símbolo perdurable de la grandeza humana y la devoción religiosa.

La construcción de la Catedral de Sevilla

El proceso de construcción de la Catedral de Sevilla fue una empresa monumental que involucró a un gran número de personas a lo largo de más de un siglo. La mayoría de la catedral está construida con piedra caliza local extraída de canteras cercanas. Además, se emplearon ladrillos de arcilla para reforzar algunas partes de la estructura y para crear detalles decorativos. La madera se utilizó en la construcción de las vigas del techo y en la elaboración de los retablos y otras piezas de mobiliario eclesiástico, y se empleó hierro forjado en la fabricación de las rejas y barandas que adornan la catedral.

La Catedral de Sevilla fue diseñada en estilo gótico, caracterizado por sus altas bóvedas, arcos apuntados y vitrales elaborados. Los arquitectos se inspiraron en las catedrales góticas de Francia, como Notre-Dame de París, pero también incorporaron elementos únicos y características propias del estilo gótico español.

La construcción de la catedral comenzó en 1402 y se prolongó durante más de un siglo, hasta su finalización en 1507. Este extenso período de construcción permitió que se realizaran ajustes y modificaciones en el diseño original.

Curiosidades de la Catedral de Sevilla

La Giralda: La torre campanario de la catedral, conocida como La Giralda, fue originalmente un minarete de una mezquita almohade construida en el siglo XII. Tras la Reconquista, fue convertida en campanario cristiano, conservando gran parte de su estructura original.

Capilla Mayor: La Capilla Mayor de la Catedral de Sevilla alberga el retablo mayor más grande del mundo, una obra maestra del escultor flamenco Pierre Dancart.

Cámaras secretas: Se dice que la Catedral de Sevilla contiene cámaras secretas y pasadizos ocultos, algunos de los cuales se utilizaban durante la Inquisición española para interrogar a los acusados de herejía.

Cimborrio: La cúpula sobre el crucero, conocida como el cimborrio, es una de las más grandes y complejas de su época. Su construcción representó un desafío técnico considerable para los arquitectos y constructores de la época.

Arcos liberianos: La Catedral de Sevilla es conocida por sus "arcos liberianos", arcos que no tienen apoyo directo en los pilares, lo que permite una mayor apertura en las paredes y una sensación de amplitud en el interior del edificio.

La construcción y diseño de esta catedral reflejan la riqueza cultural y espiritual de España, y continúan siendo una fuente de inspiración y asombro para millones de personas en todo el mundo.

¿Cómo es por dentro la Catedral de Sevilla?

Cada rincón de este majestuoso templo gótico está impregnado de historia, arte y espiritualidad. Veámoslo:

Nave Central:

Al entrar en la Catedral de Sevilla, nos encontramos con una vasta nave central que se extiende majestuosamente hacia el altar mayor. Las altas bóvedas góticas se elevan sobre nosotros, sostenidas por pilares decorados con intrincadas tallas y esculturas. La luz del sol se filtra a través de los vitrales multicolores, creando una atmósfera etérea y llena de color.

Capillas laterales:

A ambos lados de la nave central se encuentran numerosas capillas laterales, cada una dedicada a un santo o evento religioso específico. Estas capillas están ricamente decoradas con retablos dorados, pinturas religiosas y esculturas que datan de diferentes períodos históricos. Algunas de las capillas albergan tesoros litúrgicos y reliquias sagradas que son objeto de devoción y veneración por parte de los fieles.

Altar Mayor y Capilla Mayor:

En el extremo este de la catedral se encuentra el impresionante altar mayor, que está flanqueado por la Capilla Mayor. El altar mayor está coronado por un retablo gigantesco, tallado en madera dorada y adornado con escenas bíblicas y figuras de santos. La Capilla Mayor es un espacio sagrado y solemne, donde se celebran misas y ceremonias importantes. Su diseño es imponente, con altas columnas y arcos góticos que se elevan hacia el techo abovedado.

Tesoros artísticos:

En todo el interior de la Catedral de Sevilla se pueden encontrar innumerables tesoros artísticos, incluyendo pinturas, esculturas, tapices y objetos litúrgicos. Destacan obras maestras de artistas como Murillo, Zurbarán y Goya, cuyas obras adornan las paredes y capillas de la catedral. Además, la catedral alberga una valiosa colección de orfebrería, con cruces, custodias y cálices elaborados con metales preciosos y piedras preciosas.

Desde el interior de la catedral, se puede acceder a la famosa torre campanario, conocida como La Giralda, desde la cual puede contemplarse una vista panorámica impresionante de Sevilla y sus alrededores, así como una oportunidad única para apreciar la arquitectura y el diseño ingenioso de esta estructura histórica.

La Catedral de Sevilla es un tesoro del arte, la historia y la fe, que cautiva a todos los que tienen el privilegio de explorar su interior. Desde sus impresionantes dimensiones hasta sus detalles más delicados, cada aspecto de esta obra maestra arquitectónica inspira admiración y reverencia, haciendo de ella un destino imperdible para los viajeros y peregrinos de todo el mundo.

La Giralda

El origen de La Giralda, la icónica torre campanario de la Catedral de Sevilla, se remonta a una época anterior a la construcción de la catedral misma. La Giralda tiene sus raíces en el período de dominio musulmán en la región de Andalucía, durante el cual Sevilla era una ciudad importante en Al-Andalus, la España islámica.

La torre original fue construida como parte de la Gran Mezquita de Sevilla en el siglo XII, bajo el gobierno almohade. Fue completada en el año 1198 durante el mandato del califa Abu Yaqub Yusuf. El arquitecto responsable de la construcción fue Ahmad ibn Baso, quien diseñó la torre como un minarete desde el cual se llamaba a la oración.

La Giralda, en su forma original, era mucho más baja que la estructura que vemos hoy en día. Tenía alrededor de 82 metros de altura y estaba coronada por una estructura piramidal. Su nombre proviene del término árabe "ghirbal", que significa "torre".

Tras la Reconquista cristiana de Sevilla en el año 1248, la mezquita fue convertida en catedral. Sin embargo, en lugar de destruir la torre, los cristianos decidieron conservarla y adaptarla para su uso como campanario cristiano. Este proceso de adaptación comenzó en el siglo XIV bajo el reinado de Alfonso X el Sabio y continuó durante varios siglos.

Una de las modificaciones más significativas ocurrió en el siglo XVI, cuando se agregó un campanario renacentista en la parte superior de La Giralda, diseñado por el arquitecto Hernán Ruiz. Esta adición fue necesaria para alojar las nuevas campanas de la catedral y aumentar la altura de la torre. La estructura renacentista, con su aspecto más europeo, se convirtió en un símbolo emblemático de Sevilla.

Una característica notable de La Giralda es su rampa interior, que permitía a los almuédanos (los llamadores a la oración) subir a la cima del minarete a caballo. Esta rampa fue diseñada para permitir que el muecín ascendiera cómodamente, ya que el Islam prohíbe el uso de escaleras para subir a los minaretes. Esta rampa se ha conservado hasta el día de hoy y sigue siendo accesible para los visitantes que deseen subir a la cima de La Giralda y disfrutar de las impresionantes vistas de Sevilla.

La Giralda tiene un origen fascinante que refleja la rica historia multicultural de Sevilla. Desde sus humildes comienzos como minarete musulmán hasta su transformación en un símbolo cristiano y un emblema de la ciudad, La Giralda sigue siendo uno de los monumentos más emblemáticos de Sevilla y una atracción turística imprescindible para todo aquel que visite España.

Comentarios (2)

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lexsts • Hace 1 año, 2 meses

espectacular...he estado en muchas, pero la de Sevilla es sinceramente una de las más impresionantes...

beasan33 • Hace 1 año, 2 meses

impresionante catedral y hermosa ciudad donde las haya...y con una vida increíble...