Los aerogeneradores son dispositivos que convierten la energía cinética del viento en energía eléctrica, obteniendo de esta forma una energía renovable, inagotable, sostenible y que no produce apenas emisiones nocivas a la atmósfera. Estos dispositivos pueden ser tanto terrestres como marinos.
Nota: si consideramos cualquiera de las tecnologías actualmente empleadas para generar energía, incluídas las renovables como ésta, hay que decir que ninguna de ellas está totalmente libre de generar emisiones o producir desechos (a veces gestionables, a veces no), ya que no sólo debemos considerar su etapa de funcionamiento, sino también todo el proceso que ha llevado a su fabricación así como la generación de residuos posterior a la finalización de su vida útil).
El concepto de un aerogenerador es sencillo: el viento crea una fuerza giratoria al deslizarse por las aspas, que rotan el eje del que parten, ubicado en una parte del aerogenerador denominada góndola. Las palas están fabricadas con materiales ligeros que favorecen su funcionamiento y pueden llegar a medir 60 metros (materiales compuestos de madera, madera-epoxy, o madera-fibra-epoxy son los más empleados).
Ese eje o buje al que están unidas las palas está comunicado con una caja de cambios que aumenta la rapidez de rotación del eje y da energía al generador, al que está conectada.
El generador se vale de campos magnéticos y transforma la energía rotacional en eléctrica. El último paso antes de llegar a las redes de distribución es pasar por un transformador que adecue la cantidad de energía, ya que el voltaje creado es excesivo para ellas.
Los aerogeneradores comienzan a captar la fuerza del viento a partir de que éste sople más de 3-4 m/s y consiguen producir una potencia máxima de 15 m/s. Si hay inclemencias meteorológicas, en concreto si hay una velocidad media de más de 25 m/s, están automatizados para desconectarse y evitar que peligre la estructura. Además, en la góndola hay unos aparatos encargados de medir la velocidad y la dirección del viento con el objetivo de optimizar la máxima obtención de energía eólica. Gracias a ellos, las palas se colocan de cara al viento moviéndose hacia él o inclinándose.
Estos dispositivos son autómatas, y si durante todo el proceso se produce algún fallo, dejan de funcionar e informan de ello a los técnicos. En los parques eólicos, dependiendo del número de aerogeneradores, pueden llegar a trabajar entre 0 y 6 personas, y los aparatos se someten a revisiones periódicas.
Por lo general, los aerogeneradores más utilizados son los de 3 palas porque son más eficientes, ya que son el mínimo de palas necesarias para un correcto funcionamiento permitiendo el equilibrio de la estructura, que suele tener una altura de aproximadamente entre 25 y 100 m.
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muy interesante chicos. Estamos tan acostumbrados a verlos por todas partes que no te planteas cómo funcionan realmente....😉👍