Viaje curioso por el mundo

Ciencia

Control digital y vigilancia masiva: ¿Protección o ataque a nuestra privacidad y libertades?

En la era digital, las aspiraciones de control y la vigilancia masiva se han convertido en una realidad ineludible. Gobiernos, corporaciones tecnológicas y actores malintencionados monitorean nuestros datos personales, comunicaciones y comportamientos en línea bajo la premisa de la seguridad y la eficiencia. Sin embargo, este fenómeno plantea una pregunta fundamental: ¿Es la vigilancia digital una herramienta de protección o un claro ataque a la privacidad individual y a la libertad de expresión?

La era de la vigilancia digital

La recolección masiva de datos no es un fenómeno nuevo, pero con el avance del big data, la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas, la capacidad de espiar y controlar a los ciudadanos ha alcanzado niveles sin precedentes. Empresas como Google, Facebook y Amazon recopilan información detallada sobre nuestros hábitos, mientras que agencias gubernamentales como la NSA de los Estados Unidos, el GCHQ del Reino Unido o la FSB de Rusia han desarrollado sofisticados sistemas de vigilancia.

Ejemplos clave:

  • PRISM y la NSA: Filtraciones de Edward Snowden en 2013 revelaron que la NSA monitorea a millones de ciudadanos, accediendo a sus correos electrónicos, llamadas y búsquedas en línea.
  • El sistema de crédito social en China: Un modelo de vigilancia estatal que puntúa a los ciudadanos según su comportamiento y cumplimiento de normas.
  • ID Digital en la Unión Europea: vendido a la ciudadanía como una herramienta para acceder a servicios digitales en internet, incluidos ciertos servicios privados, aunando buena parte de nuestros datos vitales de forma más eficaz, abre la puerta a un control digital total sobre todos nosotros.
  • Monedas Digitales o CBDC (Central Bank Digital Currency): emitidas por los bancos centrales, y con la pretensión de sustituir el dinero en efectivo tradicional, podrían permitir a los gobiernos, sus bancos centrales y a las autoridades financieras, supervisar todas y cada una de las transacciones y actividades financieras de los ciudadanos, dando lugar a una mayor vigilancia y control sobre cada individuo y limitar la privacidad y la libertad financiera controlando cuánto gasta, consume o invierte con su dinero.
  • Pegasus y el espionaje gubernamental: Este software espía desarrollado por NSO Group se ha utilizado para hackear los teléfonos de periodistas, activistas y políticos en todo el mundo.

Qué se argumenta en favor de la vigilancia digital

Quienes apoyan la vigilancia masiva argumentan que es una herramienta fundamental para la seguridad nacional y la lucha contra el crimen.

  • Prevención del terrorismo y delitos graves

Las agencias de inteligencia justifican la vigilancia con el argumento de que permite detectar amenazas antes de que ocurran ataques terroristas o delitos cibernéticos.

  • Protección contra el crimen organizado y el fraude

El rastreo de transacciones financieras y el monitoreo en línea pueden ayudar a combatir el lavado de dinero, la trata de personas y la distribución de drogas. Es éste un argumento muy sorprendente, ya que en la actualidad se sabe perfectamente dónde está el problema en ese sentido, los lugares de blanqueo del dinero, miremos a la banca actual sin ir más lejos, y al destino de los fondos procedentes de todo tipo de actividades ilegales, los paráisos fiscales, que se conocen perfectamente, y que sin embargo, son temas sobre los que se evita levantar las alfombras.

  • Eficiencia en la gestión de crisis

Durante la pandemia de COVID-19, aplicaciones de rastreo de contactos ayudaron a reducir la propagación del virus, aunque esto significó un aumento en la vigilancia estatal.

Qué se argumenta en contra de la vigilancia masiva

A pesar de los supuestos beneficios, la vigilancia masiva plantea evidentes y serios riesgos éticos y de derechos humanos.

  • Erosión de la privacidad personal y de la libertad de expresión

Los ciudadanos pierden control sobre sus propios datos. Prácticamente toda nuestra actividad digital es rastreada, y como se ha demostrado, censurada si conviene a los Estados u organismos supranacionales, y se abre la puerta a tener acceso a todas nuestras actividades, desde compras hasta conversaciones privadas.

  • Abuso de poder y represión política

Los gobiernos utilizan herramientas de vigilancia para identificar y silenciar opositores, activistas y periodistas, algo que va mucho más allá de países como China. Éstas son medidas que se están preparando y empleando ya en países supuestamente democráticos occidentales como Alemania o Reino Unido, entre otros.

  • Falsa sensación de seguridad

No hay evidencia concluyente de que la vigilancia masiva prevenga efectivamente ataques terroristas o delitos, pero sí ha demostrado ser un mecanismo de control social.

  • Riesgo de filtraciones y hackeos

Bases de datos con información personal pueden ser vulneradas a hackeos, exponiendo datos sensibles de millones de personas.

El papel de las corporaciones en la vigilancia digital

Las empresas tecnológicas han acumulado cantidades inmensas de datos, a menudo vendiéndolos a terceros o colaborando con gobiernos.

La Big Tech y la venta de datos

  • Facebook, Google y Amazon, entre otras, recopilan datos sobre navegación, ubicación y preferencias de los usuarios para vender publicidad hiperpersonalizada.
  • Empresas como Clearview AI han desarrollado bases de datos de reconocimiento facial a partir de fotos extraídas de redes sociales sin consentimiento.

Censura y manipulación de la información

  • Algoritmos de plataformas como YouTube, X, Tik Tok o Meta pueden amplificar ciertas narrativas políticas mientras censuran otras, influenciando la opinión pública.

¿Cómo protegerse del espionaje digital?

Si bien la vigilancia digital es difícil de evitar por completo, existen maneras de minimizar la exposición:

Usar herramientas de privacidad

  • Aplicaciones como Signal o Telegram ofrecen cifrado de extremo a extremo para proteger conversaciones.
  • Navegadores como Brave y buscadores como DuckDuckGo limitan el rastreo de datos.

Evitar el uso excesivo de redes sociales

  • Limitar la cantidad de información personal compartida en línea reduce la huella digital.

Utilizar VPN y cifrado

  • Las VPN (Redes Privadas Virtuales) ocultan la dirección IP y dificultan el rastreo.

Exigir regulaciones más estrictas

  • Organizaciones y activistas sociales promueven leyes como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa, que busca garantizar la privacidad digital.

El espionaje digital y la vigilancia masiva son una realidad con profundas implicaciones. Aunque la vigilancia puede, su`puestamente, ayudar a mejorar la seguridad, también abre la puerta a abusos de poder y a la erosión de la privacidad y la libertad de expresión. ¿Es un precio aceptable por la seguridad? ¿O nos dirigimos hacia un mundo donde la privacidad y la libertad serán un lujo del pasado?

¿Qué piensas sobre la vigilancia digital? ¿Es una medida necesaria o un peligro para la sociedad?

Comentarios (4)

Inicia sesión para comentar.

maria • Hace 3 meses, 4 semanas

lo de Europa es de locos....

bearamos • Hace 3 meses, 4 semanas

no puedo estar más de acuerdo con vosotros

silviag • Hace 3 meses, 4 semanas

y mucho menos impuesto todo ello por una clase política corrupta e inepta, y recuerden una cosa, nadie los ha votado para esto...

davdom • Hace 3 meses, 4 semanas

tenemos que luchar contra esto sin contemplaciones, empecemos por hablar de ello con nuestras familiares y conocidos...demasiado ha costado a nuestros predecesores llegar hasta aquí para que nosotros dejemos escapar todos los derechos adquiridos, como el derecho a la privacidad y libertad de expresión...