Si van a Australia, no pueden dejar de visitar este lugar, porque es francamente curioso. Este antiguo pueblo minero está situado al norte de Australia Meridional, a mitad de camino entre las ciudades de Adelaida y Alice Springs, y la vida aquí se hace bajo tierra, para protegerse del sol y de las elevadas temperaturas del desierto (en esta zona las temperaturas durante el día llegan a alcanzar más de 50ºC.

Cuando el sol se oculta, la gente sale a tomar el aire y, p.e., a jugar al golf en el desierto. Incluso han diseñado unas pelotas brillantes que les permiten jugar de noche.

Aquí viven casi 4.000 personas, de más de 40 nacionalidades diferentes, entre las cuales, una parte son aborígenes australianos. Todo empezó, parece ser, en 1917, con la puesta en marcha de la mayor mina de ópalo del mundo (el ópalo fue descubierto en 1915 cuando se estaba buscando oro en el desierto). Su explotación no era nada fácil, pues las temperaturas aqui en verano alcanzan casi los 50ºC con bastante facilidad, no hay apenas lluvias y para colomo hay tormentas de arena. 

Los soldados que volvieron de la I Guerra Mundial y empezaron a extraer el mineral precioso, comenzaron a convertir las minas en casas improvisadas para huir del calor exterior.

Algunas de las viviendas que pueden encontrarse aqui llegan hasta los 7 metros de profundidad, lo cual es muy curioso, porque aquí, las tradicionales calles y avenidas de una ciudad convencional se han sustituido por una red de túneles subterráneos bajo las arenas del desierto que ayudan a conectar las más de 1.500 viviendas-refugio. Bajo tierra hay casas, pero también la iglesia, tiendas, hoteles, museos, bares, etc...

Estas viviendas subterráneas están sorprendentemente bien equipadas y tienen la mayoría de comodidades de una casa convencional: varios dormitorios, sala de estar, cuarto de baño,etc, y para la ventilación, existen varios canales interconectados con un diseño que les permiten que el aire circule por los túneles. Disponen de electricidad, agua e internet, como cualquier casa, aunque las frecuentes sequías convierten el agua en algo muy apreciado.

Una experiencia...