Éste es sin duda un lugar de lo más curioso, y está en Moldavia. Las cuevas de Cricova están situadas bajo el pueblo del mismo nombre, a unos 15 km de la capital, Chisináu.
Fundada en 1952, en una antigua mina de piedra caliza, cuyos pozos tienen 6-8 m de ancho y 3,5 m de alto, estos túneles están situados a una profundidad de 35-80 m, un lugar perfecto para el almacenamiento de vinos, produciendo entorno a 4 millones de litros de espumoso al año (la piedra caliza puede mantener una temperatura constante de 12-14º y una humedad del 97-98%).
La escala de estas bodegas de Cricova es simplemente asombrosa, las cosas como son. En el silencio subterráneo de las bodegas, hasta 30 millones de litros de vino adquieren sus cualidades únicas, de hecho, este vino es muy apreciado a nivel mundial.
En sus inicios, las bodegas sólo eran accesibles al personal de trabajo y a los funcionarios públicos, no para los turistas, pero hoy por hoy puedes adentrarte en sus numerosas calles subterráneas, que llevan el nombre de vinos que allí se ofrecen: Avenida Champagne, Calle Cabernet, Sauvignon, Riesling, etc.
Pero además, en estas bodegas pueden contemplar los procesos de producción, visitar salas de degustación y probar los vinos, además de probar comida moldava.
Si van a este pintoresco país no olviden pasarse por este lugar...
que pasada, eso es una bodega, lo demás es tontería...😜
increíble lugar, no lo conocía, pero si voy por esa zona, es sin duda una parada interesante...
espectacular...uno de esos rincones inesperados...nunca he estado en una bodega subterránea...😝
qué lugar más curioso!!!