Corría el año 1914, y era la víspera de Navidad. En plena Primera Guerra Mundial, soldados británicos y alemanes salieron de sus embarradas trincheras bajo el frío y la nieve y se pusieron a jugar al fútbol en pleno campo de batalla en el Frente Occidental.
Eran momentos duros aquellos, puesto que Alemania había invadido Bélgica en julio de ese mismo año con el objetivo de llegar hasta París y había sido detenida por británicos y franceses acosta de un enorme número de bajas. El frente se estancó.
Para colmo, las lluvias, nevadas y las cada vez más frecuentes enfermedades en las trincheras, inundadas y embarradas, hacían de aquellos días un auténtico calvario para las tropas de ambos bandos, que conservaban los pocos ánimos que quedaban a base de tabletas de chocolate y cigarros que intentaban hacerles llegar sus mandos militares.
Al no poder avanzar ninguno de los dos bandos, se desconoce si por efecto del espítiru navideño, el hartazgo propio de la situación de estancamiento de una guerra que ya habia costado miles de vidas, la nostalgia de sus seres queridos o qué, en la tarde del 24 de diciembre de 1914, los alemanes propusieron a gritos una tregua desde la trinchera opuesta (lo que se conocería como la " Tregua de Navidad", donde se colocarían incluso velas en las trincheras y árboles de Navidad).
Empezaron a cantar villancicos y a gritar a los ingleses, diciéndoles que si no les disparaban, ellos tampoco lo harían. Los alemanes empezaron a enceder fuegos fuera de las trincheras, se sentaron alrededor y empezaron un concierto al que responderían los británicos. Se intercambiaron además comida y souvenirs, y se llegaron a acuerdos para intercambiar muertos en combate.
Al día siguiente, se le encargó al soldado británico Willie Loasby salir de su refugio y recorrer los escasos 36 metros que separaban la trinchera británica de la alemana para acordar una tregua con el enemigo. Por su parte, los alemanes hicieron lo mismo
Todos tenían preparadas sus armas "por si acaso". Lo curioso fue que, a pesar de que en otras partes del frente ambos ejércitos seguían masacrándose, alli, en aquel lugar, congelado y embarrado, un soldado llegó, sin nadie esperárselo, con un balón de fútbol, y en minutos había comenzado el partido (que duró como 1 hora y sin árbitro) entre alemanes y británicos, cuyas porterías fueron improvisadas con gorras apelotonadas y otros ropajes militares.
Sin duda un hecho curioso de una de las dos grandes Guerras Mundiales, y que dice mucho de cómo, hasta en mitad de una guerra, puede haber entendimiento entre los hombres...qué te parece?
😲😲😲
🤣🤣
Me van las anécdotas históricas y esta además tiene un fondo positivo. Pobre gente, matandose entre ellos por seguir órdenes, cuando lo único que querrían seguramente era estar en sus casas con sus familias.
qué cosas...
estoy de acuerdo...la verdad es que es increible...🙂
😲😲😲 increíble historia, me parece que siempre hay lugar para el entendimiento, que dure o no es cosa muy distinta...