Cualquier cosa que se hace en este enorme país asiático se hace a lo grande. Desde hace  4.000 años, el Año Nuevo Chino empieza el día 23 de la doceava luna del calendario lunar chino, prolongándose durante los 15 días de la primera luna.

China adoptó el calendario gregoriano en 1911, momento en el que el año nuevo chino pasó a llamarse también el Festival de Primavera (tambores, farolillos rojos, fuegos artificiales, carteles por todas partes...todo ello augura buena suerte para el año que entra). 

Cientos de millones de chinos se congregan en las estaciones de tren, de autobús y en los aeropuertos para realizar el viaje después de un año de trabajo lejos de la familia.

No importa el medio de transporte, ni cuales han sido las ganancias del año cuando se trata de hacer kilómetros en dirección a casa. 

Según dicen, el gobierno chino estima en más de 2,8 billones los desplazamientos por carretera, 295 millones en tren y 47,5 millones en avión.

Son más de 130 millones de chinos los que trabajan lejos de su pueblo natal y que se apresuran para comenzar el viaje de regreso a casa; en la mayoría de los casos será la única reunión de la familia en todo el año...