Conocida como "la Hija del Mosa", quizá no es tan conocida por el turista común como otras poblaciones de Bélgica como puedan ser Brujas, Amberes, Bruselas, Lieja, etc, pero esta bonita ciudad, pequeña y muy fotogénica la verdad, de entorno a 14.000 habitantes y situada en la provincia de Namur (región de Valonia), a orillas del río Mosa y encajonada entre pequeños macizos rocosos, es interesante para visitarla.

Para entrar y salir de la ciudad hay que atravesar una curiosa roca en forma de aguja, la "Rocher Bayard", 

Parece ser que las primeras referencias a este asentamiento data del siglo VII d.C. Su ubicación privilegiada a orillas del Mosa la convirtió en un lugar enormemente próspero en la región, lo que también hizo que sufriera a lo largo del tiempo ataques y asedios. Ya hacia el siglo XI era una ciudad importante, teniendo su propia iglesia, mercados, privilegios reales, etc. 

Como dato curioso, decir que en esta ciudad nació el inventor del saxofón, el músico Adolphe Sax (1814 - 1894), de hecho, aquí se organizan conciertos y actividades realacionadas con la música y el jazz p.e. es muy popular. Un lugar que visitar sin duda es la Maison Sax, la casa donde vivió y trabajó este músico, que alberga el Museo del Saxofón.

Además si llegan hasta aquí deben probar, y ojo con los dientes, la galleta a base de miel "couque de Dinant", la que dicen es la galleta más dura de Europa, sin olvidar por supuesto la cerveza artesanal del lugar, la "Saxo" (pueden hacer una Ruta de la Cerveza :)).

Uno de los lugares más curiosos de esta ciudad es la Ciudadela (la actual data del año 1818, tras sucesivas construcciones y restauraciones), situada en lo alto, a unos 100 m de altura, a la que puede subirse en teleférico o echándole valor y subiendo un escalera de como 400 peldaños (la verdad es que no recuerdo cuántos eran, pero muchos). Desde esta atalaya, hay unas vistas fabulosas de la ciudad y el entorno, dentro hay un museo de historia de la ciudad y de armas (desde la Edad Media hasta la II Guerra Mundial) y tras las murallas podemos encontrar un patio de armas,  un polvorín, calabozos, un puente levadizo, trincheras y búnkeres, una cocina y una panadería, e incluso un pequeño cementerio de 1.200 soldados franceses.

Desde el Puente de Charles De Gaulle se pueden obtener buenas panorámicas de la ciudad (en este puente existe una exposición de 28 saxofones cuya decoración está dedicada a los distintos países de la Unión Europea).

Otros lugares interesantes son p.e. la Colegiata de Notre-Dame, la Maison de la Patphonie (un museo interactivo del sonido), la Abadía de Notre-Dame de Leffe o p.e. la Grotte de Dinant, una de las cuevas más bellas de Bélgica.