Ubicado en en Lohr, una localidad situada a orillas del río Meno, en el departamento de Bajo Rin, en Baviera, se piensa que aquí está el origen del famoso cuento del espejo de Blancanieves, de acuerdo con las investigaciones del historiador de Lohr, Dr. Karlheinz Bartels.

Pues bien, la Blancanieves original parece que fue una baronesa bávara, una tal Maria Sophia Margaretha Catharina von Erthal, nacida en este pueblo en 1729 y que padeció ceguera desde niña debido a la varicela.

No deja de ser curioso que las relaciones entre los individuos que vivieron en este castillo guarden un asombroso parecido con el cuento: padre, hija, madrastra, hermanastras…

El padre de nuestra protagonista, Philipp Christoph von Erthal, tras la muerte de su esposa y madre de Maria Sophia, se casó con Claudia Elisabeth Maria von Venningen, la malvada madrastra que intentó envenenarla con la famosa manzana, sumergida en zumo de belladona.

Aún así, resulta que el principal indicio que lleva a pensar que éste fue el lugar de inspiración del famoso cuento, es el "Espejo Mágico" que supuestamente hablaba, un espejo que ahora se encuentra (y puede verse) en el Museo Spessart del propio castillo. El padre de Maria Sophia, Philipp, se lo regaló a su segunda esposa, la malvada madrastra. El espejo mide 1,60 m de altura y tiene grabada las palabras "Amour Propre" (Amor Propio). La leyenda del espejo se debe a la cantidad de detalles que hay en los marcos y al hecho de que al hablar su propietario cerca de él resonaba lo que se decía. 

Incluso los enanitos del cuento se piensa que pudieron ser mineros de baja estatura o incluso niños pequeños que trabajaban en las minas de Bieber para ganarse la vida y la de sus familiares.

No obstante, como pasa en otras leyendas e historias, no todo el mundo está de acuerdo con esta versión, y de hecho, los hay que piensan que esta chica no fue la auténtica Blancanieves, sino una tal Margarete von Waldeck, una niña que vivió allá por el año 1500 en Waldeck, un pueblo minero de Alemania. Una Blancanieves, en este caso, que no tuvo un final feliz, ya que jamás pudo casarse con el joven príncipe Felipe II de España, muriendo envenenada, sin saberse nunca el verdadero culpable. Lo curioso de todo es que la madrastra no pudo haber sido ya que ésta había muerto antes de lo ocurrido.

Sea como sea, estas historias me encantan, sobre todo porque da pie a visitar estos lugares, y ya que uno está por allí, disfrutar no sólo de las historias, sino de los bellos paisajes, la gastronomía, etc...

Por cierto, el final del cuento original de los hermanos Grimm es algo menos idílico que la película de Disney: un príncipe efectivamente logra hallarla y queda embelesado por la belleza de la joven dormida, observándola a través del ataúd de cristal. Enamorado, le pide a los enanos que dejen llevársela y es ahí, tras moverla, cuando Blancanieves escupe el trozo de manzana y despierta de su letargo.

El príncipe entonces la convierte en su esposa e invita a la madrastra a la boda, al ser la reina del país vecino. La bruja sin sospechar que su hijastra sigue viva acepta la invitación, pero cuando llega, Blancanieves la reconoce. La nueva y bondadosa reina le relata toda la verdad a su esposo, castigando éste a la hechicera a bailar hasta la muerte con unos zapatos de hierro que están al rojo vivo.