Situados en la región de Kansai, en Ikaruga (al sur de Japón) se halla el complejo de templos llamado Horyuji, que significa “templo de la enseñanza de la ley floreciente”, son los edificios hechos de madera más antiguos del mundo, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En este lugar se ubica, en la zona principal, la Pagoda de madera más antigua de la historia, construida alrededor del año 600 d.C.; tiene más de 30 metros de altura, 5 pisos y cada uno de ellos representa uno de los elementos de la cosmogonía japonesa clásica, es decir, tierra, agua, madera, viento y cielo. Esta construcción se cree fue la primera en construirse en Japón al ser una arquitectura heredada de China, quienes a su vez la adaptaron de las stupas budistas indias. 

Nota: una pagoda es un tipo de edificio que tiene varios niveles en altura y que generalmente tiene un propósito religioso, usándose como tumbas o lugares de adoración. 

Para los japoneses este lugar representa un tesoro nacional de fuertes connotaciones religiosas, por lo cual se involucran bastante en su mantenimiento y, asimismo, lo cuidan con una gran devoción.

La Pagoda llama bastante la atención porque, pese a que fue construida con madera, ha resistido casi 1.500 años, sobreviviendo a las inclemencias de la naturaleza; esto tiene su porqué: la Pagoda Horyuji, a diferencia de las construcciones modernas, no tiene una carga central, pues se estrecha a medida que se eleva, lo que le entrega bastante estabilidad (los análisis estructurales de la Pagoda sugieren que la madera con la que fue construída se taló alrededor del año 594 d.C.).

El complejo contiene salones, alojamientos para los monjes, salas de lectura, bibliotecas y comedores. Destaca además el templo de Kondo (Salón Dorado), que contiene varios murales de vivos colores y la madera más vieja del mundo, así como el edificio Yumedono (Pabellón de los Sueños), en forma de octágono.

El complejo Horyuji es interesante, ya que allí podemos encontrar un antiquísimo pedazo de historia japonesa, pasajes místicos, la calma de un Japón escondido y misterioso...