Cercano a la pequeña población de Costeşti, al sur de Rumanía, se encuentra un lugar tremendamente singular, un valle donde existen unas rocas de lo más insólito.
Se llaman Trovants (o "piedras que crecen", en rumano), fueron descubiertas a principios de la década de 1940 y su aspecto no difiere mucho de cualquier piedra que esperaríamos encontrar en el campo; sin embargo, tienen características que las hacen únicas en el mundo, ya que parecen vivas, trasladándose por el terreno y creciendo en volumen...
Parece ser que estas rocas tienen un núcleo de piedra dura, que está rodeado por arena, como si fuera una especie de coraza o caparazón. De edades que rondan los 6 millones de años, hoy por hoy las hay muy pequeñas y también enormes, de hasta varios cientos de kilos (pueden tardar 1.000 años en aumentar entre 4 y 5 centímetros). Pueden ser de variadas formas, cilíndricas, esféricas, nodulares..., pero siempre tienen una superficie lisa, sin bordes ni aristas.
Parece ser que el secreto de su "crecimiento" está en el agua, rica en carbonato cálcico, compuesto esencial para hacer que la roca crezca en presencia de agua de lluvia, pero los científicos no pueden explicar como crean materia nueva.
Cortándolas a la mitad, ha podido averiguarse que están formadas por arena cementada y sales minerales, pero además, se han observado extraños anillos, semejantes a los que se ven al cortar un árbol, lo que permite averiguar su edad.
Lo más curioso de estas curiosas rocas es su capacidad para desplazarse a través del terreno, lo que ha dado lugar a varias teorías, como la existencia de un extraño magnetismo o que en esta región rumana haya desconocidos vórtices de energía...
Que lugar para interesante. Parece sacado de un cuento 😲
que curioso 😳...esto me recuerda a las piedras del Death Valley en California...
impresionante...