El mito de la Caja de Pandora es un relato griego antiguo que ha capturado la imaginación a lo largo de los siglos. Pandora, cuyo nombre significa "la que todo lo da", fue creada por los dioses como un castigo hacia la humanidad. Zeus, enfurecido con los mortales por haber recibido el fuego de Prometeo, decidió castigarlos.

Pandora fue esculpida con una belleza extraordinaria y un don para la persuasión. Fue entregada a Epimeteo, hermano de Prometeo, como esposa. Junto con ella, vino una caja, a menudo descrita como una jarra, un ánfora o un cofre, con instrucciones claras de no abrirla bajo ninguna circunstancia.

Sin embargo, la curiosidad de Pandora fue irresistible. Incitada por la tentación y la curiosidad innata, abrió la caja, liberando así una serie de males que fueron liberados en el mundo. Estos males incluían enfermedades, dolores, sufrimientos, desastres y todas las desgracias que podrían afligir a la humanidad.

Desesperada por rectificar su error, Pandora trató de cerrar la caja rápidamente, pero solo logró mantener una cosa dentro: la esperanza. Algunas versiones del mito sugieren que la esperanza estaba destinada a ser un consuelo para la humanidad, una fuerza que ayudaría a las personas a enfrentar los males liberados.

Este mito ha sido interpretado de diversas maneras. Algunos lo ven como una advertencia sobre la curiosidad desmedida y las consecuencias imprevistas de nuestras acciones impulsivas. Otros lo interpretan como una historia que muestra que, incluso en medio de la adversidad, la esperanza perdura como un recurso fundamental para la humanidad.

El mito de la Caja de Pandora ha trascendido su origen griego y ha sido adaptado en diferentes culturas y épocas, continuando como una alegoría poderosa sobre la naturaleza humana, las tentaciones, las consecuencias de nuestras elecciones y la persistencia de la esperanza en momentos desafiantes. De ahí la frase "Lo último que se pierde es la esperanza"...