La Operación Husky y el papel de la Mafia
En julio de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados lanzaron la Operación Husky, la invasión de Sicilia que marcó un punto de inflexión en la contienda al abrir el camino hacia la península italiana y debilitar al régimen fascista de Benito Mussolini. Sin embargo, uno de los aspectos menos conocidos y más controvertidos de esta operación fue el supuesto pacto entre el gobierno de los Estados Unidos y la mafia italoamericana, particularmente con el infame gánster Charles "Lucky" Luciano. Este acuerdo, envuelto en secretismo, habría facilitado el desembarco aliado en Sicilia al aprovechar los contactos de la mafia siciliana. Veamos en detalle este intrigante episodio, su contexto histórico, los actores involucrados y las consecuencias a largo plazo.
La situación en Sicilia y la Mafia bajo el fascismo
A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, Sicilia era un objetivo estratégico para los Aliados. Controlar la isla significaba asegurar las rutas marítimas del Mediterráneo y establecer una base para invadir Italia, debilitando al Eje (Alemania, Italia y Japón). Sin embargo, la planificación de la Operación Husky enfrentaba desafíos significativos: los Aliados carecían de inteligencia detallada sobre las defensas italianas y alemanas en la isla, y la población local, agotada por años de guerra y represión fascista, podía ser un factor impredecible.
Bajo el régimen de Mussolini, la mafia siciliana, conocida como Cosa Nostra, había sido duramente perseguida. Desde 1924, el prefecto fascista Cesare Mori lanzó una campaña implacable contra los mafiosos, arrestando a cientos y forzando a muchos a huir, principalmente a Estados Unidos. Esta represión debilitó temporalmente a la mafia en Sicilia, pero también generó un profundo resentimiento contra el régimen fascista, lo que la convirtió en una aliada potencial para los Aliados.
El papel de Lucky Luciano y la Operación Underworld
En 1942, el gobierno estadounidense enfrentaba problemas en su propio territorio. Los puertos de Nueva York, esenciales para el envío de suministros a los Aliados en Europa, estaban bajo amenaza de sabotajes por parte de agentes del Eje. Además, el incendio del buque Normandie en febrero de 1942, aunque no se comprobó que fuera sabotaje, aumentó las preocupaciones sobre la seguridad portuaria. La Oficina de Inteligencia Naval (ONI) identificó que la mafia italoamericana, liderada por figuras como Lucky Luciano, controlaba los muelles de Nueva York a través de los sindicatos de estibadores.
Luciano, encarcelado desde 1936 por cargos de proxenetismo con una condena de 30 a 50 años, seguía siendo una figura influyente en el crimen organizado. La ONI, a través de intermediarios como el fiscal Thomas Dewey y el mafioso Meyer Lansky, contactó a Luciano para asegurar la cooperación de la mafia en la protección de los puertos. A cambio, se le ofreció un traslado a una prisión más cómoda en Great Meadow, Nueva York, y la posibilidad de una reducción de condena. Este acuerdo, conocido como Operación Underworld, marcó el inicio de una colaboración inusual entre el gobierno y el crimen organizado.
Cuando los Aliados comenzaron a planificar la invasión de Sicilia, la mafia italoamericana se convirtió en un recurso valioso. Luciano, nacido en Sicilia, mantenía contactos con la Cosa Nostra en la isla. Según diversas fuentes, proporcionó una lista de mafiosos sicilianos que podían asistir a los Aliados con inteligencia, mapas y guías locales. Aunque algunos historiadores, como Tim Newark, cuestionan la magnitud de la contribución de Luciano, hay evidencia de que mafiosos como Calogero Vizzini (Don Calò) y Genco Russo colaboraron activamente con las fuerzas aliadas tras el desembarco.
La Operación Husky y la colaboración con la Mafia Siciliana
La Operación Husky comenzó el 10 de julio de 1943, con el desembarco de 160.000 soldados estadounidenses, británicos y canadienses en las costas del sur y sureste de Sicilia, bajo el mando de los generales George Patton y Bernard Montgomery. La operación fue un éxito, culminando con la captura de Messina el 17 de agosto de 1943, lo que permitió a los Aliados controlar la isla en 38 días.
La colaboración de la mafia siciliana fue clave en varios aspectos:
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Inteligencia previa al desembarco: La mafia proporcionó información sobre las defensas italianas y alemanas, así como mapas detallados de la isla. Se dice que Luciano facilitó una lista de contactos sicilianos, aunque esta lista sigue siendo un misterio histórico.
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Apoyo logístico: Mafiosos locales, como Don Calò, organizaron redes de suministro de alimentos, combustible y guías para las tropas aliadas. En Villalba, por ejemplo, un avión aliado arrojó un pañuelo con una "L" bordada, señal acordada con Vizzini para coordinar acciones.
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Desmoralización del enemigo: La mafia distribuyó panfletos antibelicistas entre los soldados italianos de origen siciliano, contribuyendo a la desmoralización de las fuerzas fascistas, que ya estaban debilitadas por la falta de recursos y entrenamiento.
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Control post-desembarco: Tras la ocupación, los Aliados nombraron a mafiosos como Vizzini y Russo como alcaldes de varias localidades, permitiendo a la Cosa Nostra recuperar el poder que había perdido bajo Mussolini. Esto consolidó su influencia en Sicilia durante décadas.
Consecuencias del pacto
El pacto entre los Aliados y la mafia tuvo consecuencias significativas, pero también generó controversias:
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Liberación de Luciano: En 1946, Luciano fue liberado tras cumplir solo 10 años de su condena, con la condición de ser deportado a Italia. Aunque las autoridades estadounidenses nunca reconocieron oficialmente el acuerdo, la reducción de su sentencia alimentó especulaciones sobre su papel en la guerra. Luciano continuó dirigiendo operaciones criminales desde Nápoles hasta su muerte en 1962.
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Fortalecimiento de la mafia siciliana: La decisión de los Aliados de otorgar poder político a mafiosos como Vizzini y Russo permitió a la Cosa Nostra reconstruir su estructura en Sicilia. Esto tuvo un impacto duradero, ya que la mafia consolidó su control sobre la isla, involucrándose en actividades como el tráfico de drogas y la extorsión.
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Debate histórico: La colaboración con la mafia sigue siendo un tema controvertido. Mientras algunos historiadores, como James Holland, destacan su importancia para el éxito de la Operación Husky, otros, como Walter Winchel, sugieren que la contribución de Luciano fue exagerada por la propia mafia para reforzar su imagen.
El acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y la mafia durante la Segunda Guerra Mundial es un ejemplo fascinante de las alianzas pragmáticas que pueden surgir en tiempos de conflicto. La Operación Husky no solo marcó un hito militar al debilitar al Eje y precipitar la caída de Mussolini, sino que también reveló cómo los intereses estratégicos pueden llevar a colaboraciones con actores inesperados. Sin embargo, el coste de este pacto fue alto: la mafia siciliana emergió más fuerte que nunca, consolidando su poder en la isla y dejando un legado que aún resuena en la historia de Italia.
Este episodio, aunque oscuro, demuestra la complejidad de la Segunda Guerra Mundial, donde las líneas entre el bien y el mal a menudo se difuminaban en pos de la victoria. La historia del pacto con la mafia no solo es un capítulo intrigante de la guerra, sino también un recordatorio de las consecuencias imprevistas de las decisiones tomadas en tiempos de crisis.