El e-book es algo que hoy en día conocemos todos, o casi, un dispositivo muy usado por millones de personas por todo el mundo. Esto, que no es ninguna noticia para muchos, sí que esconde un dato que al menos a mi me era desconocido, y es que fue una mujer española la que inventó el "precursor" de lo que hoy conocemos como e-book o libro electrónico.
Se llamaba Ángela Ruiz Robles (1895-1975), que nació en Villamanín (León,España).
Texto de mujeresconciencia.com:
Maestra, pedagoga e inventora, es reconocida hoy, como digo, como la precursora del libro electrónico.
En 1949, registró su primera patente (no. 190.968) bajo el título de “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”.
En la memoria descriptiva, Ruiz Robles expuso los objetivos de su invento: innovar la enseñanza para que fuese más intuitiva y amena, conseguir el máximo de conocimientos con un mínimo esfuerzo y adaptar el libro al progreso tecnológico (ejemplificado en la electricidad y los plásticos).
Se trataba de que las lecciones de cada asignatura estuviesen separadas y dispuestas en diversas placas (hojas) que al ser accionadas mediante unos sencillos pulsadores se elevarían (mecánicamente o por aire comprimido) hasta mostrarse al alumno a través de una pantalla de plexiglás transparente y con capacidad de aumento.
El aparato también tenía previsto que la página, al mostrarse, se iluminara mediante un pulsador eléctrico (activando una pequeña bombilla alimentada con pila) o mediante fosforescencia.
Al ser un invento dirigido a los niños, la inventora tuvo en cuenta que no fuera ni pesado ni voluminoso y de fácil manejo, por lo que debía ser construido con materiales ligeros (plástico, goma elástica, papel, cartulina).
Aunque no aparecen reflejadas en la patente, Ruiz Robles diseñó para el “libro mecánico” (como ella misma lo denominó) dos placas para la enseñanza de gramática y de matemáticas con el dibujo de un cerdito flautista en el que aparecen inscritas varias cuestiones y sus respuestas, de manera que si, por ejemplo, se pulsaba la palabra “verbo”, entonces se iluminaba el texto “la palabra que expresa las acciones”, lo cual en sí mismo ya representaba un insólito y pionero ejemplo de enlace hipertextual, algo que no se realizará por completo hasta la llegada de internet a finales del siglo XX.
Al menos desde 1952, Ruiz Robles estuvo trabajando en su “Enciclopedia Mecánica”, un proyecto todavía más audaz y perfeccionado que el libro mecánico patentado años atrás. La inventora buscaba resolver los problemas de las enciclopedias escolares al uso, como su excesivo volumen o los desequilibrios en la extensión y comprensibilidad de los contenidos, que las convertían en productos caros, engorrosos, poco prácticos y sin unidad como libro.
Las principales novedades eran la inclusión de superficies donde realizar anotaciones y borrar sucesivamente lo escrito, así como de elementos sustituibles con los que configurar la enciclopedia según las circunstancias culturales del momento y también un estuche para guardarla y portarla con comodidad.
La enciclopedia mecánica estaba dividida en dos partes que se abrían o cerraban como en cualquier libro.
En la parte de la izquierda, se encontraban unos abecedarios automáticos con los que formar sílabas, palabras o pequeñas frases utilizando pulsadores mecánicos que, al ser presionados ligeramente, accionaban un dispositivo formado por trinquetes y ruedecillas de dientes de sierra que, a su vez, movía una rueda con el abecedario completo que giraba letra por letra mostrándose a través de una pequeña ventana. Debajo de estos abecedarios estaba previsto disponer de un plástico donde el alumno escribiera, dibujara o hiciera operaciones matemáticas.
La parte derecha tenía un par de cilindros situados en lados opuestos. En uno de ellos se insertaba una bobina desplegable en vertical con la asignatura y sus lecciones divididas en láminas que se desplazaban manual o mecánicamente (como en los antiguos papiros o en los modernos carretes fotográficos) de un cilindro a otro por detrás de una pantalla transparente con propiedades de aumento o graduada ópticamente para facilitar la comprensión y ayudar a los alumnos con problemas visuales.
Cada asignatura iba en su correspondiente bobina, por lo que eran intercambiables, pudiendo asimismo ser guardada en el estuche. Igualmente, la enciclopedia tenía previsto incorporar luz eléctrica o textos en tinta fosforescente para usarse durante la noche.
Durante ese tiempo, Ruiz Robles intentó construir su enciclopedia, aunque sin éxito, debido a lo costoso de la inversión y al escaso apoyo de las autoridades educativas, así que decidió en 1962 registrarla bajo patente (no. 276.346) con el título “un aparato para lecturas y ejercicios diversos”.
No obstante, la idea patentada suponía una simplificación del proyecto original, ya que se suprimían los sistemas mecánicos de pulsación y la iluminación, careciendo además su diseño de la anterior división en dos partes móviles, de modo que abecedarios y bobinas quedaban acopladas en el frontal de una caja compacta.
En 1962, en los talleres del Parque de Artillería de Ferrol, llegó a ser construido un prototipo, hecho en bronce (abecedarios), madera (bobinas) y zinc (caja), con unas dimensiones de 24 cm de alto por 22 de ancho y 6 de fondo, pesando en total algo más de 4,5 kg.
Sin embargo, nuevamente los altos costes de producción impidieron su difusión comercial.
En 1970, Ruiz Robles tuvo una propuesta para explotar económicamente su invento en los Estados Unidos, pero la rechazó porque quería que los beneficiarios fuesen exclusivamente los españoles.
Un año después, la compañía Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S. A. (ITEMASA) se interesó por la enciclopedia y realizó un plan de viabilidad que preveía la fabricación de 10000 unidades en acero y plástico, cada una con un peso de 150 gramos y a un precio entre 50 y 75 pesetas (asequible a todas las familias).
Pero, una vez más, la cantidad de dinero (100.000 pesetas) que la inventora debía desembolsar escapaba a sus posibilidades.
Estos dos inventos de Ruiz Robles pueden ser considerados auténticos precursores del libro electrónico o “e-Book”, evidentemente en la justa medida en que prefiguran muchos de sus rasgos dinámicos e interactivos antes que por la propia tecnología informática que lo verá nacer.
Si que fue ingenioso...😉
👍😉
si, sería más tarde el empresario norteamericano Michael Hurt (1947-2011) el inventor de la idea misma de libro electrónico, cuando fundó en 1971 el Proyecto Gutenberg con el fin de volcar libros físicos en una biblioteca virtual programada en una computadora conectada a una red telemática, pero no cabe duda que la precursora fue Ángela Ruiz Robles.
😜😜😜 una crack!!!
no tenia ni idea, es increible, y muy ingenioso...😉