El Reglamento CSAM, apodado Chat Control, vio la luz por primera vez en 2022 con la intención de proteger a los menores. Su propuesta principal era eliminar el cifrado de extremo a extremo, una medida que, de aplicarse, pondría en riesgo la privacidad de todos. Aunque fue descartada en 2023, ahora ha vuelto a cobrar fuerza.
La presidencia del Consejo de la Unión Europea rota cada seis meses, y desde el 1 de julio hasta fin de año le corresponde a Dinamarca. Una de sus primeras acciones ha sido resucitar esta iniciativa. Con el respaldo de al menos quince países miembros, la propuesta ha avanzado. El próximo 12 de septiembre, los estados expondrán oficialmente su postura en una reunión clave.
Chatcontrol busca identificar contenido sensible que afecte a menores eliminando el cifrado en apps masivas como WhatsApp. Sin embargo, expertos en seguridad y colectivos ciudadanos advierten que esto supone una seria invasión de la privacidad y abre la puerta a una vigilancia generalizada de la población.
Las posturas ya están tomando forma. Según la campaña Fight Chat Control, quince países apoyan la medida, mientras siete se oponen rotundamente —el partido mayoritario en Bélgica lo calificó de “monstruo que atenta contra nuestra privacidad”—. Otros cinco aún no se han decantado. Si las cosas siguen así, Chat Control contaría con 15 votos a favor frente a 12 en contra.
El Gobierno español lleva tiempo a favor de esta iniciativa. En 2023, un documento filtrado del Consejo de Europa reveló las palabras del ministro del Interior, Grande-Marlaska, quien insistió en la necesidad de acceder a los datos y analizarlos, independientemente de su volumen, abogando abiertamente por prohibir el cifrado de extremo a extremo por ley.