La Palma, una de las islas más jóvenes y activas geológicamente del archipiélago canario (España), ha sido moldeada a lo largo de millones de años por fuerzas volcánicas que continúan dando forma a su paisaje. La erupción del volcán Cumbre Vieja en 2021 es solo el capítulo más reciente en la historia volcánica de esta isla canaria.

Conozcamos a continuación la evolución geológica de La Palma, la Isla Bonita, explorando desde su formación inicial hasta las erupciones más recientes y sus consecuencias.

Origen y formación geológica de La Palma

La Palma se formó a partir de la actividad volcánica relacionada con un punto caliente situado bajo la placa tectónica africana. Este punto caliente, una fuente persistente de magma en el manto terrestre, ha estado activo durante millones de años y ha sido responsable de la creación de las Islas Canarias. A medida que la placa africana se desplazaba lentamente hacia el este, el punto caliente fue dando origen a una serie de islas, entre ellas La Palma, que emergió del mar hace aproximadamente 2 millones de años.

La creación de La Palma se dio en varias etapas. Inicialmente, el magma que ascendía desde el manto formó una montaña submarina que eventualmente emergió a la superficie como una isla volcánica. Este proceso de construcción volcánica continuó con la acumulación de capas sucesivas de lava y cenizas, que poco a poco dieron forma a la isla tal como la conocemos hoy.

La Caldera de Taburiente

Uno de los hitos geológicos más importantes de La Palma es la Caldera de Taburiente, un enorme cráter con un diámetro de 8 kilómetros y una profundidad de hasta 2.000 metros. Esta formación es el resultado del colapso de un antiguo volcán que existió en la isla hace unos 560.000 años. La Caldera de Taburiente no es solo una estructura volcánica impresionante, sino que también es un testimonio de los poderosos procesos geológicos que han dado forma a la isla.

La caldera se formó a partir de una combinación de eventos volcánicos y erosivos. Primero, una serie de erupciones explosivas crearon una gran montaña volcánica. Con el tiempo, la actividad volcánica y los procesos de erosión, especialmente la acción del agua, debilitaron la estructura de la montaña, lo que finalmente llevó a su colapso, formando la caldera que vemos hoy. Actualmente, la Caldera de Taburiente es un parque nacional y uno de los destinos turísticos más emblemáticos de La Palma, ofreciendo paisajes espectaculares y una rica biodiversidad.

Cumbre Vieja: La columna vertebral volcánica de La Palma

La dorsal de Cumbre Vieja es la estructura volcánica más activa de La Palma y se extiende de norte a sur a lo largo de la mitad sur de la isla. Este sistema volcánico ha sido responsable de la mayoría de las erupciones históricas en La Palma, incluidas las de 1949, 1971 y, la más reciente y devastadora, en 2021.

Cumbre Vieja es un volcán de tipo fisural, caracterizado por la formación de largas fisuras o grietas en la corteza terrestre a través de las cuales el magma asciende para formar conos volcánicos y derrames de lava. Las erupciones de Cumbre Vieja suelen ser efusivas, es decir, el magma fluye de manera continua formando ríos de lava que pueden recorrer varios kilómetros antes de solidificarse. Estas erupciones también pueden ser explosivas, produciendo columnas de ceniza y piroclastos que se dispersan por la atmósfera.

La erupción de 2021

La erupción del volcán Cumbre Vieja en 2021 fue un recordatorio del poder destructivo de los procesos volcánicos. Iniciada el 19 de septiembre, esta erupción fue precedida por un aumento significativo en la actividad sísmica, que alertó a las autoridades y a la población de que una erupción era inminente. Durante 85 días, el volcán expulsó grandes cantidades de lava, ceniza y gases, causando la destrucción de más de 1.000 viviendas, infraestructuras y extensas áreas de cultivo, principalmente en el valle de Aridane.

La lava, al avanzar hacia el oeste, creó nuevas fajanas o deltas de lava al entrar en contacto con el océano. Estos deltas extendieron la superficie de la isla en varios cientos de hectáreas, alterando permanentemente la geografía de la zona. Además de los efectos devastadores en la infraestructura, la erupción también tuvo un impacto ambiental significativo, destruyendo ecosistemas locales y modificando el paisaje de forma drástica.

Desde el inicio de la actividad volcánica, más de 6.000 personas fueron evacuadas de sus hogares para garantizar su seguridad. A pesar de los esfuerzos iniciales de evacuación y asistencia, muchos de los afectados han expresado su descontento debido a la lentitud en la llegada de las ayudas prometidas y a la complejidad burocrática para acceder a ellas.

La Plataforma de Afectados por la Erupción del Volcán Cumbre Vieja 2021 ha sido una voz activa en la defensa de los derechos de los damnificados. Han exigido al Estado la entrega de los 100 millones de euros comprometidos para la reconstrucción y han propuesto 23 medidas concretas para agilizar el proceso y atender las necesidades urgentes de la población afectada.

Tres años después de la erupción, la reconstrucción de La Palma avanza lentamente. Muchos residentes continúan viviendo en alojamientos temporales ante la dejadez institucional, y la burocracia sigue siendo un obstáculo significativo para la distribución efectiva de las ayudas. Este evento no solo transformó el paisaje geológico de la isla, sino que también puso de manifiesto carencias preexistentes en infraestructuras y servicios, resaltando la necesidad de una planificación más efectiva para futuras emergencias.

Es imperativo que las autoridades y la sociedad en su conjunto aprendan de esta experiencia para mejorar la gestión de desastres naturales y garantizar una respuesta más rápida y eficiente en el futuro, porque para eso, no lo olvidemos, pagamos impuestos.

La erupción de Cumbre Vieja en 2021 subrayó la importancia de la vigilancia volcánica y la preparación ante desastres naturales en regiones activas. La Palma, al ser una isla con una alta actividad volcánica, cuenta con una red de estaciones sismológicas y sistemas de monitoreo que permiten detectar cambios en la actividad del subsuelo, como el aumento de la sismicidad o la deformación del terreno. Estos sistemas de alerta temprana fueron cruciales para la evacuación oportuna de miles de personas y la minimización de pérdidas humanas durante la erupción.

El estudio continuo de Cumbre Vieja y otras estructuras volcánicas en La Palma es esencial para mejorar nuestra comprensión de los procesos volcánicos y para preparar mejor a la sociedad ante futuros eventos. Los científicos continúan analizando los datos recolectados durante la erupción de 2021, lo que podría proporcionar información valiosa para predecir futuras erupciones y mitigar sus efectos.

Perspectivas futuras y el impacto en la geología de La Palma

El paisaje de La Palma está en constante cambio, y la actividad volcánica seguirá desempeñando un papel central en la modelación de la isla en el futuro. A medida que la placa tectónica africana continúa su lento desplazamiento, el punto caliente que originó La Palma seguirá generando magma, lo que podría dar lugar a nuevas erupciones en las próximas décadas o siglos.

Las erupciones volcánicas no solo alteran la geografía de la isla, sino que también afectan su economía, especialmente en sectores como la agricultura, el turismo y la infraestructura. Sin embargo, también crean nuevas oportunidades. Las nuevas tierras formadas por la lava pueden ser eventualmente reclamadas y utilizadas para la agricultura, y los paisajes volcánicos suelen atraer a turistas y científicos de todo el mundo, interesados en observar de cerca los procesos geológicos en acción.

Por tanto, la historia geológica de La Palma es un testimonio de las fuerzas poderosas que moldean nuestro planeta. Desde su formación hace millones de años hasta las erupciones recientes de Cumbre Vieja, la isla es un ejemplo vivo de cómo los procesos volcánicos continúan influyendo en la geografía y la vida en la Tierra. La Palma es, sin duda, un laboratorio natural para los geólogos y un lugar de obligado estudio para todos aquellos que deseen entender mejor el mundo en el que vivimos.

Cada erupción, cada nuevo flujo de lava, añade un capítulo más a la historia de La Palma, recordándonos que la Tierra está en constante evolución. La vigilancia continua, la investigación y la preparación son esenciales para convivir con estos fenómenos naturales y aprovechar al máximo las oportunidades que brindan, mientras se minimizan sus riesgos.