El mundo de la egiptología se encuentra dividido tras la reciente afirmación de un grupo de investigadores que aseguran haber descubierto una vasta "ciudad subterránea" bajo las emblemáticas pirámides de Guiza. El hallazgo, basado en imágenes de radar, ha generado tanto entusiasmo como escepticismo en la comunidad científica. La pregunta clave sigue en el aire: ¿estamos ante un descubrimiento revolucionario o ante una interpretación exagerada de los datos obtenidos?

El equipo de científicos italianos, liderado por el profesor Corrado Malanga de la Universidad de Pisa, sostiene que las imágenes obtenidas mediante tecnología de radar revelan la existencia de una compleja red de túneles, estructuras y canales bajo las pirámides egipcias. Según sus análisis, los datos muestran la presencia de enormes pozos verticales, escaleras de caracol e incluso lo que parecen ser conductos diseñados para el flujo de agua, lo que sugiere la existencia de una infraestructura avanzada oculta bajo el suelo.

Uno de los aspectos más intrigantes de este hallazgo es la posibilidad de que la legendaria Sala de los Registros se encuentre en esta red subterránea. De acuerdo con la tradición esotérica egipcia, esta sala sería una antigua biblioteca que contendría el conocimiento perdido de la civilización egipcia, e incluso algunos teóricos sugieren que albergaría información sobre los orígenes de la humanidad.

Durante una conferencia de prensa, los miembros del equipo de Malanga expresaron su entusiasmo por los hallazgos: "A medida que avancemos en el análisis de las imágenes y podamos mejorar la resolución en el futuro, creemos que podremos confirmar la existencia de lo que solo puede describirse como una auténtica ciudad subterránea bajo las pirámides".

Representaciones y reacciones

Para respaldar sus afirmaciones, los investigadores presentaron representaciones gráficas de las estructuras que creen haber identificado, así como imágenes del supuesto sistema de canales de agua subterráneos. Estas representaciones han sido compartidas en distintas plataformas, incluyendo una rueda de prensa donde la portavoz del equipo, Nicole Ciccolo, mostró algunos de los hallazgos.

A pesar de la emoción generada por estas revelaciones, muchos expertos en la materia han reaccionado con escepticismo. Lawrence Conyers, profesor de la Universidad de Denver y especialista en radares, fue contundente al calificar las afirmaciones del equipo italiano como "una gran exageración". Explicó que la tecnología utilizada, basada en pulsos de radar emitidos desde un satélite, es similar a la que se usa para cartografiar el fondo oceánico. Sin embargo, esta tecnología tiene una limitación importante: no puede penetrar tan profundamente en la superficie terrestre como se sugiere en el estudio.

En una entrevista con el periódico Daily Mail, Conyers desestimó la idea de una ciudad subterránea a gran escala bajo las pirámides. No obstante, reconoció la posibilidad de que existan algunas estructuras menores en el subsuelo, recordando que civilizaciones como la maya construían pirámides sobre entradas de cuevas o cavernas que tenían un significado ritual y religioso.

El escepticismo no termina ahí. 

Zahi Hawass, uno de los arqueólogos egipcios más reconocidos y exministro de Antigüedades de Egipto, también rechazó la teoría, calificándola de "completamente errónea". En declaraciones a The National, Hawass afirmó que los investigadores italianos no han presentado pruebas científicas concluyentes y que sus afirmaciones carecen de rigor académico. Además, destacó que cualquier excavación seria en la meseta de Guiza requiere permisos oficiales y rigurosos estudios, algo de lo que el equipo de Malanga no ha dado cuenta.

El contexto histórico y la importancia del sitio

Las pirámides de Guiza, situadas en la orilla occidental del río Nilo, cerca de El Cairo, son una de las mayores maravillas arquitectónicas de la antigüedad. Se estima que fueron construidas hace aproximadamente 4.500 años durante el Imperio Antiguo de Egipto, y han sido objeto de fascinación durante siglos.

El complejo incluye la Gran Pirámide de Keops, la de Kefrén y la de Micerino, además de la enigmática Esfinge. Estas estructuras han sido estudiadas exhaustivamente por arqueólogos y científicos de todo el mundo, utilizando desde excavaciones tradicionales hasta tecnología avanzada como escáneres 3D y radar de penetración terrestre.

Si bien es cierto que existen túneles y cámaras subterráneas en el área, hasta ahora no se ha encontrado evidencia de una ciudad oculta de la magnitud que sugieren los investigadores italianos. La posibilidad de que haya más estructuras bajo la meseta de Guiza sigue siendo un misterio, pero cualquier afirmación extraordinaria requiere pruebas igualmente extraordinarias.

El estudio de Malanga y sus colegas, Filippo Biondi y Armando Mei, fue presentado recientemente en una conferencia en Italia. Sin embargo, hasta el momento, sus conclusiones no han sido publicadas en ninguna revista científica de prestigio, lo que deja abierta la duda sobre la validez de sus hallazgos.

¿Descubrimiento real o especulación?

A pesar del entusiasmo generado por la hipótesis de una ciudad subterránea, los expertos insisten en que es necesario aplicar un método científico riguroso antes de aceptar afirmaciones de tal magnitud. Las tecnologías de radar pueden ser herramientas útiles para explorar lo que hay bajo la superficie, pero la interpretación de los datos debe ser cautelosa y basada en pruebas verificables.

La comunidad científica espera que futuras investigaciones puedan arrojar más luz sobre lo que realmente se esconde bajo las pirámides de Guiza. Mientras tanto, este supuesto descubrimiento sigue siendo un tema de debate apasionante, reflejando la eterna fascinación del ser humano por los enigmas del antiguo Egipto.