Situada en la ciudad histórica de Lucca, en la Toscana italiana, con sus murallas renacentistas, sus elegantes escaparates y sus conciertos nocturnos en la iglesia de San Giovanniesta, esta torre, de estilo románico-gótico, hecha con ladrillo y de aproximadamente unos 45 metros de altura, es sin duda una de las construcciones más curiosas que he visto, y sin duda uno de los muchos atractivos que justifican visitar la hermosa Toscana.

Es una torre con 7 árboles (encinas) en su parte superior, a modo de parquecito, con unas vistas preciosas, como si de un "jardín" en los cielos se tratase, jardín al que acceder después de subir sus correspondientes 231 escalones (entrar no llegaba a los 5 €).

Fue construida en la segunda mitad del siglo XIV por la adinerada familia de comerciantes de los Guinigi, que crearon el jardín como símbolo de renacimiento. La Torre es uno de los pocos vestigios que quedan de las numerosas torres y campanarios que fueron construidos en la ciudad durante el siglo XIV (dicen que existieron más de 200, a cual más alta, y estas Torres eran un símbolo de prestigio para las familias más importantes de la ciudad, que competían en la construcción de las mismas).

Relacionada con esta Torre, se cuenta la leyenda de Paolo Guinigi, que plantó la encina más alta de este jardín, y se narra que cuando fue capturado por Francesco Sforza y encarcelado en el castillo, su ejecución fue anunciada por el árbol, que perdió todas sus hojas.

Además de esta curiosa torre, en Lucca hay muchos lugares que ver, como la Catedral de Lucca, la Piazza dell'Anfiteatro, sus mercados de antigüedades del centro e incluso, si pueden, no dejen de montar en bici por las famosas paredes de la ciudad...