Si no es así, que sepas que sí se hace. Te hablamos de hormigas culonas (Atta laevigata), típicas de Colombia, aunque pueden encontrarse en varios países, son una exquisitez en el paladar de muchos colombianos.

Este aperitivo tropical no se hace con cualquier tipo de hormiga, sino con ésta concretamente, procedente del norte de Santander (es una tradición heredada de los guanes que vivían en Santander), y no es venenosa.

Sólo se cosechan durante la temporada de lluvias, de hecho sólo se cosechan las hormigas reinas vírgenes, las futuras hormigas reina. Se cree que son afrodisíacos y a menudo se dan como regalos de boda. Hay centros de producción alrededor de San Gil y Barichara, Boyacá, pero las hormigas también se comercializan en lugares tan lejanos como Bogotá y Bucaramanga y se exportan a Canadá, Inglaterra y Japón.

Se han convertido en uno de los ingredientes principales en muchas recetas colombianas.

Estas hormigas comestibles  se lavan previamente con agua salada, y pueden servirse asadas, tostadas o fritas.

De hecho, hay muchas curiosidades al respecto, por ejemplo, puedes encontrar locales que tienen platos en los que un ingrediente adicional son estas hormigas culonas (por ejemplo en pizzerías).

También se utilizan para hacer salsas (muy conocida la salsa de Chicatanas) o aderezos para carnes rojas. Y no hay que dejar a un lado las típicas hormigas fritas.

Este es una de las presentaciones más frecuentes en Colombia, incluso, suelen venderse como aperitivos en las calles de las ciudades.