En el pasado siglo XVI fue uno de los puertos comerciales más importantes de Asia. Es una joya medieval a orillas del río Thu Bon, a unos 135 km de la ciudad imperial de Hue, y en nuestra opinión, un lugar de visita obligada si vas a Vietnam, cosa que por supuesto recomendamos desde aquí.

Este pueblo logró librarse de los bombardeos durante la Guerra de Vietnam, guardando el encanto que tenía en el siglo XV, cuando fue la capital del Reino de Cham (fue declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en1999).

Aquí llegaban barcos desde Portugal, Francia, Japón, China, Holanda e incluso la India, al floreciente comercio de especias, seda, porcelana y/o té. Es cierto que hoy en día es un lugar de postal, quizá a veces demasiado, pero es igual, el sitio es fantástico, sus rincones, callejuelas, casas y mansiones coloniales.

No puedes perderte el barrio antiguo, con sus callejuelas y edificios de influencia china, francesa, japonesa, etc. Bonito es también el puente cubierto japonés, especialmente de noche, y su pequeño templo vietnamita. Es curioso el tema de los templos porque podrás ver unos cuantos, que han atendido y atienden a las diversas religiones de los habitantes que han vivido, y viven aquí, desde hace siglos. Al anochecer los puestos de comida y ropa, el Mercado Nocturno con sus farolillos de colores, sus pequeñas tiendas de artesanía...

Pero no sólo están los templos y la arquitectura, a pocos km están algunas de las mejores playas de la costa central de Vietnam. Y no nos vamos a olvidar de la gastronomía, cuya influencia es muy variada en Hoi An; tiene abundante cocina local, pero también francesa (resultado de la ocupación de Indochina), de tal forma que podrás encontrar croissants, napolitanas de chocolate y otros dulces que te resultarán familiares...

En resumen, lo más útil que podemos decirte de este lugar es que lo disfrutes, pasees, te pierdas...en fin así nos gusta viajar a nosotros, sobre todo en el lejano y exótico oriente.