Este pueblo, fundado en 1741, de coloridas casas y ubicado en la costa noroeste de Groenlandia (a unos 250 km al norte del círculo polar ártico) está salpicado de icebergs frente a sus costas, en la bahía de Disko, y es muy interesante porque ofrece la posibilidad de disfrutar de la experiencia de conocer una naturaleza imponente e inhóspita a la que no estamos acostumbrados, así como la cultura ártica.
Su población no supera los 5.000 habitantes, que viven de la pesca, la caza con sus perros de trineo y en los últimos años también del turismo, ya que aquí llegan almas aventureras de todo el mundo para conocer este entorno ártico.
El lugar como digo es muy pintoresco e interesante y el fiordo que aquí pueden encontrar, el fiordo helado de Ilulissat, es el lugar donde desemboca el Sermeq Kujalleq, uno de los pocos glaciares por los que la capa de hielo de esta inmensa isla septentrional se evacua hacia el mar.
Los icebergs, algunos gigantescos y cuyas paredes de hielo, de cientos de miles de años, se elevan hasta 40-50 m sobre el nivel del mar, e incluso hasta 100 m, permanecen en este entorno, creando un paisaje indescriptible de enormes moles de hielo flotando en las gélidas aguas del norte, paisaje al que hay que añadir la posibilidad de ver las míticas auroras boreales, sin duda una experiencia excepcional.
Lo curioso de los icebergs es que atrapan tu atención donde quiera que estés, incluso si estás paseando por el pueblo o si te da por mirar por la ventana de algún hotel local. Mirarlos hace que valga la pena el viaje hasta este rincón del mundo.
Para verlos más de cerca hay varias opciones: una excursión en barco, un recorrido en helicóptero o una simple caminata de unos 30 min por un sendero señalizado desde la ciudad sobre algunas colinas hasta la desembocadura del fiordo de hielo.
El glaciar Sermeq Kujalleq, considerado el más grande de todo el hemisferio norte, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2004, es uno de los glaciares más activos y de movimiento más rápido del mundo y genera más de 46 km cúbicos de hielo en el fiordo de hielo Ilulissat cada año.
Se piensa que aquí ha habido asentamientos humanos desde hace por lo menos 3.000 años (vaya moral eh?, impresionante, con estas condiciones y sin las comodidades de hoy en día).
Y si el pueblo y el entorno son curiosos, no lo es menos la gastronomía, por lo menos para nosotros, lo mediterráneos. Aquí es habitual consumir carne de ballena, foca o reno, así como otras preparadas en salazón, como el hákarl o kiviak, que son carnes de tiburón o ave curadas por fermentación (y no especialmente apetitosas por cierto, pero bueno, todo es cuestión de gustos).
Dicen que la mejor luz en este rincón del planeta puede disfrutarse en pleno invierno o en los meses que van desde finales de mayo a principios de junio, cuando hay luz natural durante la mayor parte de las 24 horas.
😲😲
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precioso sin duda pero en invierno debe ser durísimo...ver esas moles acercándote en barco debe ser increíble...
que fríooooooo!!!! 😝😝😝
Espectacular @margabarros!!! 😉