Es sin duda una historia rocambolesca la de este hombre, personaje curioso donde los haya.
En el año 1999, Belfort se declaró culpable de numerosos delitos relacionados con estafa y manipulación del mercado de valores. A raíz de su sentencia y el tiempo que pasaría en prisión, Belfort escribió dos memorias. Por un lado, "El lobo de Wall Street" , que se popularizaría en una adaptación cinematográfica de 2013 dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por el actor Leonardo DiCaprio. Por otro lado, en 2017, la segunda, un libro de autoayuda titulado "Way of the Wolf" .
Aunque no sea lo peor que ha hecho, la verdad, recibió críticas por sacar provecho de su historia de robo de dinero de personas inocentes, mientras que sus víctimas no recibieron nada.
Después de muchos escándalos y una temporada en prisión por fraude de valores, Belfort hoy por hoy se ha reinventado como orador motivacional. Y una de sus temáticas principales es la distinción entre codicia, ambición y pasión en Wall Street (algo en lo que supongo es una auténtica autoridad).
Ha sido y sgue siendo un personaje tan controvertido que muchos de sus detractores siguen señalando su pasado criminal y se preguntan si está operando sus negocios legítimamente en la actualidad.
Nacido en 1962, creció en Queens, Nueva York (EEUU), y mostró una comprensión insólita del mundo de los negocios desde una edad muy temprana. Estudió biología en la American University con planes de inscribirse en la escuela de odontología. Sin embargo, cuando el decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Maryland advirtió a los estudiantes el primer día que la odontología no era un camino hacia el éxito financiero, Belfort lo dejó.
Una de las primeras ocupaciones de Belfort después de su brevísimo paso por la escuela de odontología fue como vendedor de puerta en puerta en Long Island. La empresa fue exitosa y pudo hacer crecer el negocio hasta el punto de contar con un equipo de varios trabajadores capaces de mover más de dos toneladas de producto (en este caso, carne y mariscos) cada semana. A los 25 años, el negocio fracasó y Jordan se declaró en bancarrota . Fue entonces cuando se interesó en la Bolsa, puesto al que accedió con la ayuda de un amigo de la familia.
A fines de la década de 1980, cuando Belfort se acercaba a los 30 años, fundó la firma financiera Stratton Oakmont, empresa a la que le fue notablemente bien durante los siguientes años.
Fue en su posición como fundador de Stratton Oakmont que Belfort cometió las actividades ilegales que finalmente lo enviarían a prisión. Stratton Oakmont participó en una serie de fraudes diferentes. Tenía un equipo que presionaba a los inversores para que colocaran su dinero en valores altamente especulativos. En su apogeo, se dice que la empresa empleó a unos 1.000 corredores de bolsa que supervisaban inversiones de más de 1.000 millones de dólares.
A lo largo de la historia de Stratton Oakmont, se emprendieron diversas acciones legales contra la empresa. Finalmente, en 1996, la empresa fue cerrada, y en 1999, Belfort y su socio Danny Porush fueron acusados de lavado de dinero y fraude de valores. Belfort se declaró culpable de fraudes que pudieron haber costado a sus inversores hasta 200 millones de dólares. Fue sentenciado a 4 años de prisión y finalmente cumplió sólo 22 meses de prisión.
Tras su liberación, y como parte de su acuerdo de restitución, se le exigió a Belfort que pagara el 50% de sus ingresos a sus antiguos inversionistas defraudados hasta 2009.
Sin embargo, los fiscales federales presentaron una denuncia en 2013, alegando que Belfort no había pagado la cantidad adecuada de sus ingresos en los años anteriores. Finalmente, llegó a un acuerdo por separado con las autoridades federales para completar los pagos de restitución.
Como ya dije, además de sus memorias y la exitosa adaptación cinematográfica de "El lobo de Wall Street", Belfort se ha reinventado, curiosamente, como orador motivacional. Su discurso abarca desde cuestiones de ética y motivación en el mundo financiero hasta demostraciones prácticas de habilidades de ventas.
Belfort enfatiza los errores que cometió durante su tiempo en Stratton Oakmont, indicando que estaba bajo la influencia de la adicción a las drogas en ese momento y que lamenta profundamente haber estafado a tantas personas.
En 2014, los medios de comunicación descubrieron vínculos entre Belfort y una empresa australiana de formación de empleados que podría haber participado en una estafa con financiación del gobierno. Desconozco si finalmente encontraron alguna conexión, pero Belfort continúa operando su negocio de charlas motivacionales con bastante éxito...
Increible....
Asi nos va con esta justicia.... 🤦♂️
madre mia.....😂
😲😲