Si habéis estado en la India quizá lo conozcáis. Posiblemente sea uno de los templos más curiosos de este país.

El Templo de Karni Mata, también conocido como el Templo de las Ratas, es un destino asombroso en Deshnoke, India, que se remonta al siglo XV. Este lugar sagrado honra a Karni Mata, una venerada santa india y encarna una práctica religiosa única: la adoración de miles de ratas que vagan libremente por sus pasillos y salas.

La historia cuenta que Karni Mata, una figura reverenciada por su generosidad y poderes divinos, solicitó a Yama, el dios de la muerte, la resurrección de un niño ahogado. Al negársele, Karni Mata declaró que ninguno de sus seguidores moriría jamás, siendo reincarnados como ratas para luego ser liberados de ese ciclo y volver a la vida humana.

El templo, un fascinante ejemplo de arquitectura rajput, presenta intrincados diseños y detalles ornamentales que atraen tanto a devotos como a turistas. A pesar de la presencia masiva de las ratas, el lugar se mantiene limpio y se considera sagrado.

Los devotos ofrecen comida a las ratas como muestra de respeto y devoción. Se cree que si una rata cruza tu camino, trae buena fortuna, y hallar una rata blanca es considerado especialmente auspicioso, pues se piensa que son la reencarnación de Karni Mata y sus hijos.

La experiencia de visitar este templo es única y desafiante para los sentidos. Los viajeros pueden observar cómo las ratas se desplazan en grandes cantidades por el suelo y entre los visitantes, creando una atmósfera única en la que la espiritualidad y la peculiaridad se entrelazan de manera inolvidable.

El Templo de Karni Mata no solo es un sitio de interés religioso, sino también una maravilla cultural que fascina a aquellos que buscan comprender las diversas tradiciones y creencias arraigadas en la India. Su singularidad lo convierte en un destino inolvidable para quienes buscan experiencias auténticas y desconcertantes en sus viajes.

Hay que descalzarse al entrar en el templo (ojo con esto) y dejar que las ratas te pasen por encima de los pies como señal de buen agüero.

Si, además, uno descubre alguna de las pocas ratas albinas que dicen que existen en el templo, será bendecido...