Bobbie, una mezcla de collie escocés y pastor inglés, era el perro de la familia Brazier. Atentos a su historia porque es verídica...

En 1923, Frank y Elizabeth Brazier decidieron hacer un viaje familiar desde Silverton, Oregón, hasta Indiana, el estado natal de Frank, donde planeaban visitar a su familia. Durante una parada en Indiana, Bobbie salió corriendo ya que fue perseguido por unos perros callejeros. Después de una semana de buscar y buscar y colocar anuncios por todas partes, incluso en los periódicos, los Brazier, con el corazón roto, tuvieron que darse por vencidos y emprender el viaje de regreso a casa sin Bobbie.

Increíblemente, seis meses después de que se perdiera en Indiana, Bobbie reapareció, muy delgado, en una acera de Silverton, con el pelaje enmarañado y las patas en carne viva por el desgaste. Por increíble que parezca, el perro de tres años había CAMINADO más de 4.500 km para volver a casa.

Aunque débil y cansado, Bobbie se volvió loco de alegría cuando se reunió con su familia y, desde ese día, sus vidas cambiaron. En las semanas y meses que siguieron, su historia se dió a conocer por todo el país en los periódicos e incluso en una colección de tapa dura de historias de mascotas. 

La historia de Bobbie fue la atracción principal en una convención de constructores de casas de Oregón en Portland, donde miles de personas hicieron cola para acariciar al peludo héroe, que protagonizó un cortometraje además. 

Los Brazier escucharían también a la gente contar anécdotas a lo largo de la ruta de regreso a casa de Bobbie, anécdotas de los lugares donde se detuvo el tiempo suficiente para recuperarse, para luego reanudar la marcha nuevamente, y es que Bobbie había hecho lo imposible.

El increíble viaje de Bobbie emocionó a los lectores de todo el país, que querían saber más sobre “The Wonder Dog” (El perro maravilla). La Sociedad Protectora de Animales de Oregón en Portland investigó y confirmó que había viajado más de 4.500 km a pie.

Frank escribió sobre él en un libro de historias de perros, y Bobbie protagonizó una película muda. La hazaña de Bobbie incluso apareció en Ripley's Believe It or Not! Bobbie se hizo tan famoso que en una aparición de una semana, más de 100,000 personas se presentaron para verlo en persona.

Cuando Bobbie murió en 1927, fue enterrado en Portland, Oregón, por la Sociedad Protectora de Animales de Oregón. Rin Tin-Tin, la estrella canina de veintisiete películas de Hollywood por entonces, estaba allí para depositar una ofrenda floral en su funeral, que fue oficiado por el alcalde de Portland.

En 1932, Silverton organizó su primer desfile de mascotas en honor a Bobbie, con su hijo Pal a la cabeza. Todos los veranos desde entonces, la ciudad ha celebrado con un desfile y un concurso de parecidos a Bobbie. 

Por último, Bobbie's Castle, su caseta de perro roja y blanca, se encuentra sobre su lugar de entierro en el cementerio de animales de la Oregon Humane Society.