Posiblemente sea una de las mayores historias de tesoros de todos los tiempos, y es ésta:

A última hora de la tarde del 22 de marzo de 1945, casi finalizada la II Guerra Mundial, elementos del Tercer Ejército del Teniente General George Patton cruzaron el Rin y, poco después, todo su ejército cruzó el río y se adentró en el corazón de Alemania (habían recibido informes de inteligencia de que había escondido un tesoro en unas cavernas de sal, aproximadamente a unas 200 millas al suroeste de Berlín).

Avanzando hacia el noreste desde Frankfurt, elementos del Tercer Ejército atravesaron la futura Zona Soviética y avanzaron hacia Gotha. Justo antes del mediodía del 4 de abril, el pueblo de Merkers cayó ante el Tercer Batallón del 358.º Regimiento de Infantería, 90.ª División de Infantería, Tercer Ejército. Durante ese día y el siguiente, la 90ª División de Infantería, con su puesto de mando en Keiselbach, consolidó sus posesiones en el área de Merkers.

Durante los días 4 y 5 de abril, las personas desplazadas en los alrededores interrogadas por el personal del Cuerpo de Contrainteligencia (CIC) de la 90.ª División de Infantería mencionaron un movimiento reciente de oro del Reichsbank alemán desde Berlín a la mina de potasio Kaiseroda de Wintershal AG en Merkers. 

En todos estos casos citaron rumores, pero ninguno declaró su propio conocimiento de la existencia de oro en la mina. Pero justo antes del mediodía del 5 de abril, un miembro del Equipo de Inteligencia Militar 404-G, adscrito al 358.° Regimiento de Infantería, que se encontraba en Bad Salzungen, a unas seis millas de Merkers, entrevistó a desplazados franceses que habían trabajado en la mina de Merkers. Le dijeron que habían oído que en la mina se había almacenado oro. La información fue trasladada al G-2 (sección de inteligencia) de la 90 División de Infantería.

Temprano en la mañana siguiente, dos policías militares que custodiaban la carretera que entraba a Keiselbach desde Merkers vieron a dos mujeres que se acercaban y rápidamente las detuvieron. Al ser interrogadas, las mujeres declararon que eran desplazadas francesas. Una de las mujeres estaba embarazada y dijo que la otra la acompañaba a ver a una partera en Keiselbach. 

Después de ser interrogados en la Oficina del Mariscal Preboste del XII Cuerpo, fueron conducidos de regreso a Merkers. Al entrar en Merkers, su conductor vio la mina Kaiseroda y preguntó a las mujeres qué tipo de mina era. Dijeron que era la mina en la que la reserva de oro alemana y valiosas obras de arte se habían depositado varias semanas antes y agregaron que los civiles locales y las personas desplazadas habían sido utilizadas como mano de obra para descargar y almacenar el tesoro en la mina.

Para el mediodía del 6 de abril, la historia de las mujeres había llegado al teniente coronel William A. Russell, oficial G-5 (asuntos civiles) de la 90.ª División de Infantería. Se dirigió a la mina, donde las entrevistas con personas desplazadas en el área confirmaron la historia de la mujer. Le dijeron que en la mina también se almacenaban obras de arte y que el Dr. Paul Ortwin Rave, del Museo Estatal Alemán de Berlín y subdirector de las Galerías Nacionales de Berlín, estaba presente para cuidar las pinturas. 

Russell luego confrontó a los funcionarios de la mina con esta información, y dijeron que sabían que en la mina se almacenaban oro y obras de arte valiosas y que otras minas en el área también se usaban para almacenar objetos de valor. Russell también interrogó a Werner Veick, el jefe de caja del Departamento de Billetes Extranjeros del Reichsbank, que también estaba en la mina, y a Rave. Este último informó a Russell que estaba en Merkers para cuidar las pinturas almacenadas en la mina. Veick indicó que el oro de la mina constituía toda la reserva del Reichsbank de Berlín.

Cuando entraron en la mina, pudieron contemplar, apilados contra las paredes de la caverna, miles de lingotes de oro, cajas y cajas de lingotes de oro, balas y balas de moneda extranjera y numerosas obras de arte, así como la mayoría de las reservas del Banco Central Alemán.

El botín de la mina Merkers incluso incluía la famosa pintura Wintergarden de Edouard Manet. La mayor parte del tesoro había sido saqueado de los bancos de países y museos europeos durante el régimen nazi.

En medio de las joyas resplandecientes, los lingotes de oro y las obras de arte, también se hallaron sombríos recordatorios de la repugnante dictadura nazi, como anillos de boda y empastes dentales de reclusos de los campos de exterminio.

La imagen que debieron contemplar debió ser increíble: 100 toneladas de lingotes de oro, joyas, pinturas, plata, así como bolsas llenas de dinero de monedas europeas y más de 2 millones de dólares en moneda estadounidense.

La mina Merkers estaba situada en un área que sería controlada por los soviéticos, así que, tras recibir la información sobre el tesoro, el ejército estadounidense se movió rápidamente para recuperar el tesoro perdido antes de que llegara el ejército rojo.

Es bien sabido que los nazis saquearon arte y tesoros por toda Europa y el mundo, escondiéndolos finalmente en la mina de sal de Merkers. De hecho, de acuerdo con los Archivos Nacionales, el 20% de todo el arte en Europa fue saqueado por el régimen.

Cuando terminó la guerra, gran parte del oro que recuperó el ejército de los EEUU se compartió entre la Comisión Tripartita del Oro en Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. Los tres soldados estadounidenses que encontraron el botín nazi fueron conmemorados por sus esfuerzos, y se les dio el sobrenombre de "The Monuments Men".

A pesar de los esfuerzos del grupo por recuperar y devolver todo el arte, gran parte del tesoro robado por los nazis sigue desaparecido. 

Tan prolíficos y respetados fueron los descubrimientos de los "Monuments Men" que incluso se ha llevado al cine. "The Monuments Men" es una película de guerra estadounidense-alemana del año 2014. La película fue escrita y dirigida por George Clooney, quien también desempeña un papel principal en la película. El elenco estelar incluye a Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, entre otros.

La historia es, literalmente, de película...