La Torre Eiffel, uno de los monumentos más emblemáticos del mundo, ha sido testigo de innumerables historias desde su inauguración en 1889. Sin embargo, una de las más sorprendentes y fascinantes es la del hombre que logró venderla no una, sino dos veces. Esta increíble hazaña fue llevada a cabo por un astuto estafador llamado Victor Lustig, cuya audacia y habilidad para engañar a los demás lo convirtieron en una leyenda en el mundo de la delincuencia.
Antes de adentrarnos en la historia de Lustig, es importante entender el contexto en el que se sitúa la Torre Eiffel. Construida como una pieza central para la Exposición Universal de 1889, celebrada en París, la Torre Eiffel fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel y rápidamente se convirtió en un símbolo de la modernidad y el ingenio arquitectónico. Aunque inicialmente fue criticada por algunos artistas y escritores prominentes, con el tiempo se ganó un lugar en el corazón de los parisinos y visitantes de todo el mundo.
Victor Lustig: Maestro del engaño
Victor Lustig, nacido en 1890 en lo que entonces era el Imperio Austro-Húngaro (actual República Checa), se forjó una reputación como uno de los estafadores más ingeniosos de su época. Hablaba varios idiomas con fluidez y poseía un carisma inigualable, cualidades que le permitieron engañar a numerosas personas a lo largo de su carrera. Lustig se movía con facilidad por Europa y Estados Unidos, ejecutando una serie de estafas ingeniosas y lucrativas.
El Gran Golpe: La venta de la Torre Eiffel
En 1925, París se encontraba en un período de cambio y modernización. La Torre Eiffel, aunque admirada por muchos, también era vista como una estructura costosa de mantener. Victor Lustig vio en esto una oportunidad única para una de sus mayores estafas. Decidió que vendería la Torre Eiffel como chatarra.
Lustig se hizo pasar por un funcionario del gobierno francés y redactó cartas oficiales en papel membretado del Ministerio de Correos y Telégrafos. Convocó a una reunión secreta en el Hotel de Crillon, uno de los hoteles más lujosos de París, con varios empresarios del sector de la chatarra. Durante la reunión, Lustig explicó que el gobierno francés había decidido desmantelar la Torre Eiffel debido a los altos costos de mantenimiento y que la estructura sería vendida al mejor postor.
La primera venta
Entre los empresarios presentes, Lustig identificó a un posible objetivo: André Poisson. Poisson era un hombre ambicioso y relativamente nuevo en el negocio de la chatarra, ansioso por hacerse un nombre. Lustig alimentó sus ambiciones y, después de unas negociaciones, Poisson accedió a comprar la Torre Eiffel por una suma considerable.
Una vez que Lustig recibió el pago, desapareció rápidamente con el dinero. Poisson, avergonzado por haber sido engañado, decidió no informar a las autoridades, permitiendo así que la estafa de Lustig quedara sin ser descubierta.
La segunda venta
Increíblemente, unos meses después, Lustig regresó a París y repitió la misma estafa. Esta vez, sin embargo, su víctima fue un hombre más escéptico que, tras algunas investigaciones, descubrió el engaño y alertó a la policía. Lustig, con su astucia característica, logró escapar antes de ser capturado.
A pesar de su éxito en París, la suerte de Lustig eventualmente se agotó. Continuó su vida de estafas en Estados Unidos, donde finalmente fue arrestado en 1935 por la Oficina Federal de Investigación (FBI). Fue condenado a 20 años de prisión por falsificación y otros delitos. Lustig pasó el resto de sus días en la famosa prisión de Alcatraz, donde murió en 1947.
La historia de Victor Lustig y la venta de la Torre Eiffel sigue siendo una de las estafas más audaces y creativas de todos los tiempos. Su capacidad para engañar a personas inteligentes y bien informadas destaca la importancia de la vigilancia y la desconfianza saludable en los negocios.
Para los historiadores y entusiastas de la Torre Eiffel, esta anécdota añade una capa adicional de fascinación a la ya rica historia del monumento. Este monumento, testigo de innumerables eventos históricos, lleva en su historia una de las estafas más notables de todos los tiempos, perpetrada por un hombre cuyo nombre sigue siendo sinónimo de engaño y astucia.
es inceible que alguien picara con algo asi...pero bueno, no sé por qué me sorprendo, hay gente para todo
😲😲 en serio? jajaja