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La intrigante historia de Hatshepsut, la faraona olvidada

La intrigante historia de Hatshepsut, la faraona olvidada
La intrigante historia de Hatshepsut, la faraona olvidada
La intrigante historia de Hatshepsut, la faraona olvidada
La intrigante historia de Hatshepsut, la faraona olvidada

Hatshepsut es una figura muy interesante en la historia egipcia, aunque parte de su legado fue deliberadamente borrado tras su muerte.

Nacida hacia el 1507 a.C., fue hija de Tutmosis I y de la reina Ahmose. Se casó con su hermanastro Tutmosis II, quien ascendió al trono al morir su padre Tutmosis I. Conocida como una de las tres únicas reinas faraónicas de la historia de Egipto (junto a Sobekneferu y Twosret), asumió el poder tras la muerte de su esposo, cuando su hijastro Tutmosis III aún era joven.

Tutmosis II y Hatshepsut tuvieron una hija, Neferure, pero al morir Tutmosis II, asumió el poder su hijastro Tutmosis III, hijo de una concubina llamada Isis. Hatshepsut se convirtió entonces en regente en nombre del joven Tutmosis III, pero eventualmente asumió el título de faraón, desafiando las convenciones de género y convirtiéndose en la líder de Egipto, gobernando durante la dinastía XVIII, alrededor del siglo XV a.C.

Nota: sé que muchos se preguntarán por pué no menciono a Cleopatra como una de las pocas faraonas en la historia de Egipto. Cleopatra es una de las figuras más conocidas de la historia egipcia, pero técnicamente no fue faraona en el mismo sentido que Hatshepsut, Sobekneferu o Twosret. Cleopatra fue la última reina del antiguo Egipto, descendiente de la dinastía Ptolemaica, una línea de gobernantes que descendía de Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro Magno. Cleopatra es famosa por su inteligencia, habilidades políticas y su habilidad para navegar por el complejo mundo de la política romana, pero no ostentó el título formal de faraón como las mujeres mencionadas anteriormente.

Como ya he dicho, tras la muerte de su esposo, Tutmosis II, Hatshepsut asumió la regencia en nombre de su hijastro Tutmosis III adoptando el título de faraón, y no solo mantuvo la estabilidad del país, sino que lideró una de las eras más prósperas de Egipto.

Su enfoque en el comercio exterior fortaleció la economía egipcia. Las expediciones a tierras lejanas, como la misteriosa tierra de Punt, le otorgaron riquezas y recursos exóticos, y es que su gobierno fue notable por sus políticas diplomáticas y administrativas eficientes. Además, su reinado se caracterizó por logros monumentales, incluyendo proyectos arquitectónicos notables como su templo funerario en Deir el-Bahari, diseñado por el arquitecto Senemut, un monumento impresionante que aún hoy maravilla por su arquitectura y arte.

Hatshepsut fue representada de manera variada en el arte egipcio. Generalmente, se la mostraba con los atributos típicos de un faraón: el tocado tradicional, la barba postiza (símbolo de poder masculino), y el shendyt, una falda plisada que también denotaba la autoridad real. Sin embargo, es interesante notar que, a pesar de estos símbolos masculinos, en algunas representaciones conservaba rasgos femeninos.

Se cree que Hatshepsut no era solo una figura de poder, sino también una mujer de gran belleza y presencia. Las representaciones artísticas que han sobrevivido la muestran con facciones suaves y delicadas, con un rostro ovalado y ojos almendrados, típicos de la estética egipcia.

Su imagen se tallaba en obeliscos, estatuas y relieves que decoraban templos y monumentos, dejando un legado visual que nos ayuda a comprender su importancia y estatus en el antiguo Egipto. Además, algunos artefactos y representaciones muestran una figura femenina poderosa y segura de sí misma, desafiando las expectativas de género de la época.

Sin embargo, es importante señalar que la visión de Hatshepsut en la historia ha sido moldeada por la destrucción selectiva de su legado después de su muerte, lo que ha dejado lagunas en la comprensión de su imagen y personalidad exactas. Aun así, su representación en el arte y la iconografía egipcios la presenta como una figura poderosa y distinguida en la historia de Egipto.

A pesar de su éxito, después de su muerte, Tutmosis III intentó borrar su legado. Estatuas y registros fueron destruidos o alterados, posiblemente debido a la ambición de Tutmosis III por consolidar su propio reinado y eliminar la memoria de su antecesora femenina.

El descubrimiento de su tumba en el Valle de los Reyes, en 1903, revivió el interés en esta reina faraónica. La reevaluación moderna de su reinado destaca su habilidad para gobernar en un tiempo de prosperidad y relativa paz, así como su contribución significativa a la grandeza de Egipto.

Hatshepsut sigue siendo una figura fascinante en la historia de Egipto, una gobernante poderosa y visionaria que desafió convenciones y dejó una marca indeleble en la antigua civilización del Nilo.

 

Comentarios (1)

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virgilop • Hace 1 año, 5 meses

desconocia este personaje y tambien lo que has comentado de Cleopatra, yo creia que habia sido faraona 🙂