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Historia

El misterio de la Esfinge de Guiza

El misterio de la Esfinge de Guiza

Aún hoy en día se sigue estudiando e investigando acerca de esta enigmática construcción. Cumplí un sueño que tenía desde niño al tenerla delante, al fin, cuando viajé a Egipto.

Está situada en la ribera occidental del Río Nilo, en la ciudad de Giza, a unos veinte kilómetros al sudoeste del centro de El Cairo. 

Muchos egiptólogos estiman que fue esculpida durante la dinastía IV de Egipto. Los lugareños la llamaban Abu el-Hol «Padre del Terror» (corrupción de la expresión copta bel-hit, que se aplica a quien manifiesta su inteligencia en los ojos y que traduce la denominación egipcia "hu o ju", que significa el "guardián o vigilante").

Se atribuye al rey Kefrén, aunque algunos autores creen que es obra de Keops, artífice de la Gran Pirámide (de hecho, no existen documentos explícitos del Imperio Antiguo que atestigüen que fuera obra de Kefrén). 

Desde los albores de la civilización egipcia, las esfinges simbolizaron el poder y la fuerza del faraón, cualidades asociadas a la figura del león. También tienen relación con la idea de la vida después de la muerte, por lo que su presencia es habitual en contextos funerarios y cerca de los grandes templos. Se realizó esculpiendo un montículo de roca caliza situado en la meseta de Giza. Tiene una altura de unos veinte metros, midiendo el rostro más de cinco metros. 

En épocas antiguas estaba pintada en vivos colores. Con 57 metros de longitud y los casi 20 metros de altura, construidos en un sólo bloque de roca natural, ha permanecido gran parte de su historia enterrada por las arenas del desierto. 

Entre los años 1816 y1818 el Capitán Giovanni Battista Caviglia se encargó de desenterrar La Esfinge y los templos que la rodean.

Su proximidad a la Pirámide de Kefrén fue inmediatamente razón más que suficiente para asociar su construcción a la figura de este faraón, defendiéndose incluso la idea de que el rostro de La Esfinge fuese el del propio Kefrén (2.520-2.494 a.C.). Desde entonces esta teoría ha permanecido inamovible hasta nuestros tiempos, y es una de las piezas fundamentales de la cronología establecida de la historia de Egipto por parte de la egiptología oficial.

El redescubrimiento en los años ochenta de unas galerías que discurrían bajo el cuerpo de la Esfinge de Giza parece dar la razón a los cronistas antiguos y modernos que defendieron su existencia.

Ahora la Egiptología debe evaluar hasta qué punto son ciertas las leyendas que atribuyen al subsuelo de la meseta de Giza la posesión de un entramado de galerías con los tesoros materiales y psíquicos de civilizaciones legendarias.

Investigadores como Schwaller de Lubicz observaron que la actual erosión de la Esfinge se podía deber a la acción del agua. Otros postulan que esta erosión también se observa en los templos funerarios de los faraones, y si dicha erosión no se debe al viento arenoso, que suele mostrarse asombrosamente similar, la Esfinge podría datarse miles de años atrás, cuando en Egipto había otro clima. El geólogo Schoch, también apoya dicha idea y la estima entre 5000 y 7000 AC.

Según Schoch, si bien hay quienes dicen que la Gran Esfinge no puede ser tan antigua, en parte porque la cabeza es evidentemente una cabeza dinástica egipcia y el período dinástico no comenzó hasta alrededor del 3000 a.C. y que si se mira la cabeza es en realidad demasiado pequeña para el cuerpo, está claro que la cabeza actual no es la cabeza original. La cabeza original se habría desgastado y erosionado severamente. Más tarde se volvió a tallar, durante la época dinástica, y en el nuevo tallado naturalmente se hizo más pequeña. 

Así, según Schoch, la cabeza de la Gran Esfinge no es la cabeza original. De hecho, es posible que la Esfinge no haya sido originalmente una esfinge. Es posible que fuera un león; en realidad, más concretamente, una leona.

Según Schoch, la evidencia geológica de la erosión de la esfinge no es compatible con lo que postulan muchos egiptólogos, entre otras teorías, la del foso circundante. En el cuerpo de la Esfinge y en las paredes del Recinto de la Esfinge (el hoyo que quedó después de que el cuerpo de la Esfinge fuera tallado en el lecho de roca), se han encontrado elementos erosionados que solo podrían haber sido causados ​​por la lluvia y la escorrentía de agua. Sin embargo, la cuestión es que la Esfinge se encuentra al borde del desierto del Sahara y la región ha sido bastante árida durante los últimos 5.000 años. Además, varias estructuras fechadas con seguridad en el Reino Antiguo muestran solo erosión causada por el viento y la arena (muy distinta de la erosión del agua).

En fin, tantos años de historia y aún conserva grandes misterios...

Comentarios (2)

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jorgesan • Hace 6 años, 2 meses

😍😍😍

victorgo18 • Hace 6 años, 5 meses

siempre he querido ir... :)