El teatro de marionetas sicilianas apareció a principios del siglo XIX y tuvo un gran éxito entre las clases populares de la isla. Aquí se contaban historias, de textos muchas veces improvisados, y basados, en la mayoría de los casos, en la literatura caballeresca medieval, poemas italianos del Renacimiento, en la vida de los santos o en la de los bandidos más famosos.
Si bien no se ha podido establecer con certeza dónde y cuándo nace este tipo de espectáculo, todavía hoy vivo en Sicilia, si se sabe que las primeras representaciones de tema caballeresco, mediante el uso de marionetas, tuvieron lugar en España a finales del siglo XVI como así consta en la gran obra de Cervantes El Quijote.
Las dos escuelas de marionetas más importantes de Sicilia están en Palermo y Catania, y se distinguen por el tamaño y la forma de sus marionetas, pero también por las técnicas de manipulación y por la variedad de los colores del escenario.
Estos teatros eran a menudo negocios familiares, y las tradiciones y las técnicas solían transmitirse de generación en generación. Sin embargo, poco a poco se fue dejando este trabajo en manos de artesanos especializados que empleaban técnicas tradicionales.
Actualmente, sobre todo debido a la televisión, este teatro ha dejado ser el espectáculo que fue, y como las dificultades económicas ya no permiten a los marionetistas vivir de su arte, éstos se orientan hacia profesiones más lucrativas. El turismo ha contribuido a disminuir la calidad de los espectáculos que normalmente se destinaban a un público local.
A principios de 1800 se consolidó en Sicilia un tipo de teatro de figura caracterizado por el empleo de una marioneta particular a la cual se la denominó “pupo”.
Los “pupi” son figuras que se manipulan mediante una varilla de hierro que se sitúa en el centro de la cabeza atravesándola de parte a parte. El extremo final se une al torso gracias a un gancho que pasa a través de un anillo, permitiendo así imprimir el movimiento que es transmitido directamente por el manipulador con gran fuerza y energía.
Las representaciones estaban dirigidas a las clases más humildes de la sociedad encontrando un gran suceso entre las mismas. El teatro de pupi tuvo 2 epicentros fundamentalmente, uno localizado en Catania y el otro en Palermo dando lugar a dos escuelas que se diferenciaban en la tipología de los pupi (dimensión, manipulación, mecanismo) y por algunos aspectos de la representación.
Actualmente en Sicilia existen teatros de pupi activos en Palermo, Catania, Acireale, Siracusa, Licata, Alcamo, y Partinico. El público, también el internacional, acoge con entusiasmo este tipo de espectáculos y así ha quedado demostrado en encuentros y festivales, donde han participado importantes compañías de gran prestigio entre las que destacan las palermitanas de Mimo Cuticchio y Girolamo Cuticchio o la catanesa de los Hermanos Napoli.
Si algún día tienen la oportunidad de ver este tipo de espectáculo, no dejen de visitar también el Museo de las Marionetas, creado en Palermo en 1975.
Maravillosa tradición...
no tenia ni idea de que estas cosas siguieran haciéndose...me encanta!!!
espero poder verlo en directo algún día, mientras tanto, desde casita conocemos muchas cosas aquí en Vicmun 😉