Si han estado alguna vez en Viena (Austria), quizá la hayan probado, y si no, créanme, deberían probarla. Es la Sacher-Torte (yo fuí expresamente a probarla al hotel Sacher y he buscado este vídeo para que vean cómo se hace...mmm se me hace la boca agua!!!).

La corte del príncipe Metternich, allá por el año 1832, había pedido un postre para una ocasión especial, pero el chef estaba enfermo en ese momento, por lo que Franz Sacher, un aprendiz de 16 años, lo completó. El pastel que creó no podría haber sido más delicioso. El Sacher-Torte original todavía está hecho a mano utilizando la receta original de Franz Sacher hasta el día de hoy, y se disfruta mejor, según dicen los entendidos, con una cucharada de crema batida sin azúcar.

Después de que Franz creara esta delicia, la tradición familiar hizo que tanto en su confitería como en el Hotel Sacher, que fundó su hijo, se sirviera esta exquisita tarta. Esto, por increíble que parezca, ha generado importantes disputas durante el siglo XX, y es en el hotel donde, finalmente, se sigue sirviendo la «Original Sacher-Torte», mientras que en la confitería toma el nombre de «Eduard Sacher-Torte», en honor al hijo de Franz.

La tarta es muy especial porque parte de un bizcocho de chocolate increiblemente esponjoso que se divide en 2 mitades entre las que se extiende una capa de mermelada. Después se vuelven a unir las 2 mitades y se recubren con una cobertura de chocolate negro que se "desparrama" por los lados hasta cubrir toda su superficie visible.

Una delicia...