Si han estado en Ámsterdam las habrán visto. A mí me encantaron. Hay unas 2.500 casas flotantes en la ciudad. Son encantadores barcos restaurados que se remontan al legado marítimo mercantil de Ámsterdam.

Muchas de estas casas tienen más de 100 años y conservan varias características originales junto con instalaciones modernas, como electricidad, calefacción y agua corriente.

Conocidas como woonark (literalmente una "casa arca"), están construidas sobre un pontón flotante y normalmente no tienen motor.

Por los canales más pintorescos de Ámsterdam se pueden ver por todas partes, elegantemente amuebladas, a veces con varios pisos, y complementadas con terrazas y jardines adosados.

Es curioso que cada una tiene un amarre permanente en una dirección específica. Un permiso especial llamado ligplaats da derecho al propietario de la casa flotante a amarrar su casa en un lugar concreto. Hay una gran demanda de estos permisos y, como con todas las propiedades, una ubicación destacada incrementa el valor de la casa flotante.

Surgieron tras la II Guerra Mundial como una solución innovadora a la creciente demanda de viviendas, al igual que en otras ciudades similares, como Utrecht y Haarlem, con un sistema de canales en el centro urbano.

Si les da por darse un paseo en barco por los canales, podrán ver unos cuantos ejemplos espectaculares. 

En los últimos años, las casas flotantes se han convertido en un tipo de alojamiento único para los visitantes de Ámsterdam, así que si se pasan por la ciudad holandesa, les gustará... :)