Este lugar es verdaderamente curioso. Es un bar-cocktelería, además un museo de curiosidades (o de los horrores, según se mire), fundado por el ecléctico Viktor Wynd. Estuve hace un tiempo ya, pero supongo que seguirá abierto en la actualidad.

No puedo más que calificarlo como extravagante y macabro como poco, pero también es muy interesante la verdad, con habitaciones llenas de velas, calaveras, animales disecados e incluso una leona en una mesa con la que podemos tomarnos una copa (surrealista). Su menú de cóckteles es extenso y además existe la posibilidad de degustar insectos (cómo no, es algo que no desentona con el lugar, jeje).

Tras tomarnos el cocktail (con o sin plato de insectos), podemos bajar por las escaleras y explorar el Museo de Curiosidades de Wynd, con sus estantes repletos de toda clase de cosas: esqueletos, anormalidades científicas, artículos de erotismo, cabezas reducidas, engendros animales como gatitos de dos cabezas, máscaras extrañas, pinturas de ocultistas y grabados de arte pop, corales vivos y otros muchos artículos exóticos. 

La atracción principal del museo es, o era al menos, "el Sarcófago", una mesa en forma de ataúd con un esqueleto en el centro y una sirena momificada en lo alto, alrededor de la cual la sociedad organiza veladas de narración de cuentos, conferencias y debates literarios, sesiones de espiritismo, fiestas privadas o por ejemplo clases de taxidermia.

Sin duda es una visita que no les dejará indiferente en la capital inglesa.