Es sin duda un vídeo que nos ha sorprendido muchísimo, no sólo porque somos unos fans incondicionales de la leche condensada (aunque sea enemiga de la operación bikini), sino porque nunca se nos habría ocurrido poder hacerla en casa sólo con 3 ingredientes que además son de uso muy común en casa (y muy económicos): la leche en polvo, el azúcar y el agua.

Y ya que estamos, podríamos comentar algo acerca de sus orígenes, que no tuvieron que ver con la búsqueda de un rico postre ni nada parecido, sino más bien con la conservación de la leche tiempo atrás.

¿Qué es la leche condensada?. Básicamente es leche parcialmente evaporada, osea, a la que se le ha extraído parte del agua y a la que además se le ha añadido azúcar. Es un alimento muy dulce, utilizado para dar sabor a postres y cafés, y que se conserva en perfectas condiciones durante largos periodos de tiempo sin necesidad de refrigeración.

Parece ser que que en el siglo XIX las intoxicaciones debidas al consumo de leche eran bastante comunes. La contaminación de la misma durante su extracción o su conservación se revelaron como las causas más comunes, lo que llevó a los expertos a buscar soluciones.

El primero en obtener resultados en este sentido fue Nicolás Appert, en 1822. En su experimento, Appert evaporó el agua de la leche al baño maría, 1º paso del que partió una futura investigación que fue mejorando el resultado.

Fue más tarde, en 1835, cuando William Newton dio otro giro al estudio de la conservación de la leche añadiéndole azúcar, lo que aumentaba considerablemente la vida del producto, aunque no fue hasta 20 años después, cuando se pudo adquirir en el mercado gracias al norteamericano Gail Borden.

Pero sin duda fue la La Guerra Civil Norteamericana (1861-1865) donde se popularizó la leche condensada, ya que resultó ser una buena solución para la alimentación de los soldados.

En fin, lo dicho, somos fans incondicionales de esta delicia, y ahora podemos hacerla en casa! jeje.