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Leyendas y mitos de Chichen Itzá

Leyendas y mitos de Chichen Itzá

Chichen Itzá, uno de los sitios arqueológicos más representativos de Mesoamérica, ha fascinado a exploradores, arqueólogos y visitantes durante siglos. Sus imponentes estructuras arquitectónicas, como la Pirámide de Kukulkán o por ejemplo el Templo de los Guerreros, no solo evidencian el poderío de la civilización maya, sino que también evocan una rica tradición de mitos y leyendas que giran en torno a esta mítica ciudad.

Vamos a ver las leyendas más enigmáticas que envuelven a Chichen Itzá, revelando los mitos que explican su fundación, sus ritos sagrados y su misterioso colapso. Vamos a descubrir juntos los relatos míticos han hecho de este lugar un verdadero enigma histórico.

La leyenda de la fundación de Chichen Itzá

La fundación de Chichen Itzá está envuelta en mitos que reflejan el profundo vínculo de los mayas con lo divino. Uno de los relatos más populares sostiene que Chichen Itzá fue fundada bajo la guía del dios Itzamná, una deidad antigua y omnipresente en la mitología maya. Itzamná es descrito como un dios creador, que jugaba un papel crucial en el conocimiento y las artes.

Según la tradición, Itzamná descendió del cielo para guiar a los primeros habitantes de la península de Yucatán, los itzaes. Estos primeros pobladores mayas construyeron Chichen Itzá como una ciudad dedicada al culto y a la ciencia, convirtiéndose en un epicentro de saberes. Se dice que fue Itzamná quien enseñó a los mayas a escribir con jeroglíficos, a medir el tiempo con precisión a través del calendario y a dominar la agricultura.

El significado del nombre Chichen Itzá está íntimamente ligado a esta leyenda. "Chichen" significa "boca del pozo" en maya, mientras que "Itzá" se refiere a los itzaes, los primeros pobladores. Esto refuerza la idea de que la ciudad fue concebida como un lugar sagrado destinado a la conexión con lo divino.

Kukulkán: El dios serpiente emplumada

Kukulkán, la figura central en la mitología de Chichen Itzá, es una deidad compartida con otras culturas mesoamericanas, como los toltecas y los mexicas, quienes lo conocían como Quetzalcóatl. La leyenda de Kukulkán no solo destaca por su importancia religiosa, sino también por su simbolismo y su impacto en la arquitectura de la ciudad.

Los relatos cuentan que Kukulkán llegó a Chichen Itzá desde las tierras del este, emergiendo del mar con una figura majestuosa, mezcla de hombre y serpiente emplumada. Era visto como un dios benevolente que trajo consigo el conocimiento del cosmos y el equilibrio entre los elementos naturales.

Kukulkán es considerado el dios de los vientos, del agua y de la fertilidad, aspectos fundamentales para la vida agrícola y el bienestar de la civilización maya. Su figura está representada en múltiples estructuras de Chichen Itzá, pero la más icónica es El Castillo o Pirámide de Kukulkán, un monumento dedicado a este dios, cuya grandeza ha trascendido el tiempo.

Uno de los fenómenos más fascinantes asociados a Kukulkán ocurre dos veces al año, durante los equinoccios de primavera y otoño. En esos días, el sol proyecta una sombra en forma de serpiente sobre la escalinata norte de la pirámide, que parece descender hacia la tierra. Este evento ha sido interpretado como el regreso de Kukulkán, quien desciende del cielo para bendecir a los mayas.

Este increíble fenómeno astronómico y arquitectónico es un testimonio del avanzado conocimiento que los mayas poseían sobre la astronomía y la ingeniería, y reafirma la importancia simbólica de Kukulkán en su cosmovisión.

El Cenote Sagrado: La puerta al inframundo

Uno de los lugares más misteriosos de Chichen Itzá es el Cenote Sagrado, un pozo natural de agua que según la creencia maya era una entrada al inframundo, o Xibalbá. Los cenotes, formaciones típicas de la región de Yucatán, tenían un papel fundamental en la vida religiosa de los mayas, pero el Cenote Sagrado de Chichen Itzá tenía una importancia excepcional.

Los mayas creían que el Cenote Sagrado era una vía de comunicación con los dioses, en especial con Chaac, el dios de la lluvia. Durante épocas de sequía, se realizaban sacrificios humanos para apaciguar al dios y asegurar el retorno de las lluvias. Las crónicas de Diego de Landa, un fraile español del siglo XVI, describen cómo se arrojaban hombres, mujeres y niños al cenote como parte de estos rituales.

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el cenote han encontrado no solo restos humanos, sino también objetos de gran valor, como joyas, cerámica y artefactos de oro, lo que confirma los relatos de las ofrendas arrojadas al pozo.

La leyenda de la princesa y el guerrero

Una de las leyendas más conmovedoras que envuelven al Cenote Sagrado es la historia de una joven princesa maya, ofrecida en sacrificio para apaciguar a Chaac. Según el mito, la princesa fue seleccionada por su pureza y belleza, pero un valiente guerrero, enamorado de ella, decidió salvarla. En una noche de tormenta, el guerrero se lanzó al cenote para rescatar a la princesa, pero ambos desaparecieron sin dejar rastro. Algunos creen que sus espíritus aún habitan en las aguas oscuras del cenote.

El Juego de Pelota

El Juego de Pelota era una actividad central en la vida religiosa y social de los mayas, y en Chichen Itzá se encuentra el campo de juego más grande de Mesoamérica. Sin embargo, este juego no solo era una competición deportiva, sino un ritual profundamente simbólico que conectaba a los participantes con el cosmos y los dioses.

En la mitología maya, el juego de pelota estaba vinculado con la lucha entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte. Los gemelos míticos Hunahpú e Ixbalanqué, protagonistas del Popol Vuh (el libro sagrado de los mayas), fueron retados por los señores del inframundo a un juego de pelota en Xibalbá, donde lograron derrotar a las fuerzas oscuras.

Este juego representaba el equilibrio del universo, y en algunos casos, se cree que los jugadores, en especial los ganadores, eran sacrificados como ofrenda a los dioses. Este sacrificio no era visto como un castigo, sino como un honor supremo, ya que se creía que al morir en el campo de juego, se ascendía al reino de los dioses.

El campo de juego en Chichen Itzá es monumental, midiendo 168 metros de largo y 70 metros de ancho. En las paredes del campo, se encuentran representaciones de serpientes emplumadas, lo que refuerza la conexión con Kukulkán, y escenas que representan sacrificios. Uno de los relieves más famosos muestra a un jugador decapitado, de cuya herida emergen serpientes y flores, lo que simboliza la transición de la vida a la muerte y la regeneración.

La profecía de los túneles subterráneos

Otra de las leyendas fascinantes que envuelven a Chichen Itzá es la existencia de una red de túneles secretos que se extienden bajo la ciudad. Según los relatos, estos túneles fueron construidos para conectar los principales edificios del sitio y servir como refugios en tiempos de guerra o como caminos hacia el inframundo.

Los mayas creían que estos túneles estaban protegidos por espíritus guardianes, quienes custodiaban los tesoros sagrados de los dioses. Se dice que cualquier persona que intentara ingresar a los túneles sin el permiso adecuado sufría una muerte inmediata o desaparecía sin dejar rastro.

En investigaciones recientes, arqueólogos han descubierto una serie de cuevas y pasadizos debajo de Chichen Itzá, que aún están siendo explorados. Aunque los túneles mencionados en las leyendas no han sido confirmados en su totalidad, los hallazgos subterráneos indican que todavía hay muchos secretos por descubrir bajo la antigua ciudad.

El misterioso ocaso de Chichen Itzá

A pesar de su grandeza, Chichen Itzá fue misteriosamente abandonada alrededor del siglo XIII. Las razones de su colapso no están del todo claras, y numerosas teorías intentan explicar el destino de la ciudad.

Algunas leyendas sugieren que los dioses, enfadados por los excesos de los sacrificios humanos y la corrupción de los gobernantes, decidieron castigar a la ciudad, llevándola a su ruina. Otros relatos sugieren que una invasión de pueblos rivales o una prolongada sequía pudieron haber precipitado el abandono de Chichen Itzá.

Aunque los arqueólogos continúan investigando, la desaparición de Chichen Itzá sigue siendo uno de los grandes misterios de la historia precolombina.

Chichen Itzá, con sus majestuosas ruinas y su historia envuelta en mitos, sigue siendo un lugar de misterio y reverencia. Los relatos sobre Kukulkán, el Cenote Sagrado, los túneles subterráneos y el juego de pelota no solo destacan la rica cosmovisión de los mayas, sino que también muestran cómo esta antigua civilización se relacionaba con el universo, los dioses y el destino humano.

Comentarios (1)

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silviag • Hace 8 meses, 2 semanas

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