Este verano decidí apostar por el norte de España, y empaparme de su belleza.

Os iré contando más lugares y anécdotas de este viaje, por si tenéis la suerte de visitar pronto estas tierras, o incluso sois gallegos que aún os faltan rincones por descubrir. A todos nos pasa en nuestra propia tierra.

Tras aterrizar en Santiago, una de mis primeras paradas con mi amiga gallega, fue el peculiar pueblo de Combarro en la costa de Pontevedra, sin duda uno de los descubrimientos en este viaje, que recomiendo visitar sin falta.

En este pueblo, además de respirar paz, y encontrarme con muchos peregrinos camino de Santiago, puedes observar los famosos cruceiros. 

Pero no solo en Combarro, sino a lo largo de mi viaje, encontré varios cruceiros que me hacían recordar que me encontraba en Galicia.

Los cruceiros son cruces de piedra que se levantaban para cristianizar lugares, interceder por personas, alejar al demonio, o guiar y proteger a los viajeros, entre otros motivos. Normalmente se encuentran en cruces de caminos o cercas de iglesias y lugares santos.

En cuanto al origen de este símbolo, podemos decir que no hay datos certeros y el debate sigue presente. Algunos creen que nacieron con el románico, son resultados de la influencia de las órdenes mendicantes, si su intención es espantar la presencia de la Santa Compaña en la encrucijada o de si es un acto devoto o una santificación de costumbres paganas (http://www.galicia-meiga.com/cruceiros-y-cruces-de-los-paises-celtas-2/)

Sin duda, los cruceiros es  un simbolo de devoción e identidad de galicia,  donde existen entre 10.000 y 15.000.

También puedes encontrar rutas, ya que cada cruceiro tiene su historia, como puedes ver en el siguiente enlace: https://www.caldaria.es/cruceiros-galicia.

Y no te olvides, entre cruceiro y cruceiro de probar el pulpo gallego.