Teotihuacán, con sus imponentes pirámides y su meticuloso diseño urbano, sigue siendo una de las mayores maravillas del México prehispánico y del mundo. Esta ciudad, construida entre los siglos I y VII d.C., llegó a albergar a más de 100.000 habitantes, lo que la convirtió en una de las urbes más grandes del mundo antiguo. Sin embargo, a pesar de su tamaño y relevancia, su historia está llena de enigmas. ¿Quiénes construyeron Teotihuacán?, ¿qué papel jugaba la astronomía en su diseño?, ¿por qué se halló mercurio líquido bajo sus templos?. Acompáñenme a explorar estas y otras preguntas que han intrigado a historiadores y arqueólogos durante siglos.
Los habitantes originales: ¿Quiénes fueron los teotihuacanos?
Uno de los mayores misterios de Teotihuacán es la identidad de sus habitantes originales. A diferencia de los mayas, mexicas o zapotecas, cuya herencia cultural está bien documentada, los teotihuacanos no dejaron registros escritos claros que expliquen su historia o su lengua. Esto ha llevado a los arqueólogos a interpretar su legado a través de restos materiales, pinturas murales y arquitectura.
Evidencias encontradas en la ciudad sugieren que Teotihuacán era un crisol de culturas. Arqueólogos han identificado barrios específicos donde vivían grupos étnicos distintos, como zapotecas, mayas y mixtecos. Cada uno de estos grupos probablemente aportaba su propia cultura, religión y habilidades a la vida urbana.Esto sugiere que Teotihuacán no solo era un centro político y religioso, sino también un nodo comercial que conectaba a gran parte de Mesoamérica. La cerámica, obsidiana y otros artefactos hallados en lugares lejanos como Guatemala y la costa del Golfo confirman que su influencia se extendió mucho más allá del Valle de México.
Mientras que los mayas y los mexicas usaban glifos para narrar sus historias, en Teotihuacán no se han encontrado textos similares. Algunos especialistas creen que esto se debe a una organización sociopolítica distinta, posiblemente más colectiva, donde el poder no estaba centrado en una figura dominante, como un rey. Esto explicaría la ausencia de inscripciones que glorifiquen a líderes específicos.
La arquitectura y la alineación astronómica
Teotihuacán no solo fue una hazaña de urbanismo y arquitectura, sino también un reflejo de la cosmovisión y el conocimiento astronómico de sus constructores. Sus estructuras más importantes, como la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna y la Calzada de los Muertos, están diseñadas con una precisión que continúa asombrando a los expertos.
La Pirámide del Sol, de 65 metros de altura, es la estructura más grande de Teotihuacán y una de las más voluminosas del mundo antiguo. Está alineada con el punto exacto donde el Sol se pone durante los equinoccios, un evento clave para las sociedades agrícolas.
Además, estudios recientes sugieren que su ubicación no fue al azar. Se construyó sobre una cueva natural, posiblemente considerada un portal al inframundo. Para los teotihuacanos, estas cuevas tenían un significado sagrado, ya que representaban el lugar de origen de la humanidad según sus mitos.
La Pirámide de la Luna, situada al norte de la Calzada de los Muertos, está alineada con el cerro Gordo, un accidente geográfico considerado sagrado. Esta pirámide servía como centro ceremonial, donde se realizaban sacrificios humanos y rituales dedicados a deidades relacionadas con la fertilidad y la lluvia.
Curiosamente, las excavaciones han revelado que dentro de la pirámide se enterraron ofrendas que incluían animales depredadores, como jaguares y águilas, acompañados de obsidiana y figurillas. Estas ofrendas refuerzan la conexión simbólica entre la estructura y las fuerzas cósmicas.
La Calzada de los Muertos, que conecta las principales estructuras de la ciudad, no es una avenida común. Su diseño refleja un eje cósmico que separa el mundo terrenal del celestial. A lo largo de esta calzada, los templos y palacios estaban dedicados a diferentes deidades, creando un mapa tridimensional de la cosmovisión teotihuacana.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes en Teotihuacán ocurrió en 2015, cuando arqueólogos exploraron un túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada. Allí, además de miles de objetos rituales, se encontró una sustancia inesperada: mercurio líquido. Este hallazgo ha desconcertado a los investigadores, ya que el mercurio no era comúnmente utilizado en Mesoamérica y su extracción era extremadamente difícil.
Teorías sobre el uso del mercurio
- Representación del inframundo: En la cosmovisión mesoamericana, los lagos o ríos tenían un profundo significado simbólico, especialmente como caminos hacia el inframundo. El brillo del mercurio líquido podría haber sido utilizado para recrear estos paisajes en un contexto ritual.
- Objetos de poder ritual: El mercurio podría haber tenido un uso ceremonial, tal vez asociado con la inmortalidad o con la comunicación con los dioses.
- Tecnología avanzada: Aunque es más especulativo, algunos investigadores han planteado que los teotihuacanos podrían haber descubierto aplicaciones tecnológicas del mercurio, aunque no hay evidencia concreta que respalde esta idea.
Junto al mercurio, los arqueólogos encontraron esferas de pirita, conocidas como "espejos" por su capacidad de reflejar la luz. Estos objetos podrían haber sido usados en rituales de adivinación o como representaciones del sol y las estrellas.
El declive de Teotihuacán
Para el siglo VII, Teotihuacán comenzó a desmoronarse. Las evidencias sugieren que muchas de sus principales estructuras fueron incendiadas, pero no está claro quién o qué causó su caída. Entre las teorías más aceptadas están:
- Conflictos internos: La desigualdad social y tensiones entre grupos étnicos pudieron haber provocado una rebelión.
- Cambios climáticos: Periodos de sequías prolongadas habrían afectado la producción agrícola, desestabilizando la economía y la política.
- Invasiones externas: Aunque no se ha probado, algunos investigadores sugieren que culturas rivales pudieron haber atacado la ciudad.
Teotihuacán, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, sigue cautivando a millones de personas cada año. Sus secretos, que poco a poco salen a la luz gracias a la arqueología moderna, nos recuerdan la grandeza de las civilizaciones prehispánicas y su profundo entendimiento del cosmos y la naturaleza.
Aunque muchas preguntas aún no tienen respuesta, Teotihuacán permanece como un símbolo de la riqueza cultural de México y un recordatorio de lo mucho que queda por descubrir sobre el pasado.
estas historias son fascinantes!!!!