El vampirismo es un tema fascinante que ha capturado la imaginación de la humanidad durante siglos. Aunque los vampiros son a menudo asociados con la cultura popular y la literatura de terror, su origen se encuentra en una mezcla de folclore, mitología y supersticiones de diversas culturas a lo largo de la historia.

Es importante destacar que no existe una fecha o evento específico que marque el inicio de la creencia en el vampirismo. En cambio, el concepto de los vampiros ha evolucionado a partir de una serie de influencias culturales y mitológicas. 

El término "vampiro" proviene del serbio "вампир" (vampir) y del griego "βρυκόλακας" (vrykolakas), que se usaban para describir a seres que se alimentaban de la sangre o la energía vital de otros. Estas creencias se extendieron por toda Europa Oriental y los Balcanes en la Edad Media, y muchas culturas tenían sus propias versiones de seres vampíricos.

En Europa, la epidemia de la peste bubónica en el siglo XIV dio lugar a la aparición de vampiros en las leyendas locales. Las personas no comprendían completamente la propagación de la enfermedad y a menudo atribuían las muertes inexplicables a la actividad de vampiros chupadores de sangre. Se desarrollaron rituales para proteger a los vivos de los vampiros, como clavar estacas en los corazones de los cadáveres y enterrar a los fallecidos boca abajo.

En la literatura, el vampirismo fue popularizado por la novela gótica "Drácula" de Bram Stoker en 1897. Esta obra introdujo al infame Conde Drácula, un vampiro noble y seductor que bebe sangre para mantener su inmortalidad. Esta creación literaria sentó las bases para la imagen moderna del vampiro, que a menudo es retratado como un ser atractivo y carismático con habilidades sobrenaturales.

El vampirismo también ha sido objeto de numerosas adaptaciones cinematográficas, series de televisión y otras formas de entretenimiento, lo que ha contribuido a su perdurante popularidad en la cultura contemporánea.

Antiguas creencias:

En la antigua Mesopotamia, se creía en demonios sedientos de sangre llamados "Ekimmu" o "Edimmu" que podrían atacar a los vivos.

En la mitología griega, existían criaturas como las "Empusas" o "Lamias" que se alimentaban de la sangre o la carne de los humanos.

Mitos y leyendas en Europa:

En la Europa medieval, surgieron leyendas de los "strigoi" en Rumania y "nosferatu" en Bulgaria, que eran seres malévolos que se alimentaban de la sangre o la vida de los vivos.

Además, las epidemias de peste bubónica y la alta mortalidad infantil a menudo se atribuían a la actividad de vampiros.

Se desarrollaron prácticas supersticiosas para prevenir el vampirismo, como enterrar a los fallecidos con objetos afilados, estacas en el corazón o ajos en la boca.

Influencia de la literatura:

La obra "Carmilla" de Sheridan Le Fanu, publicada en 1872, es otra contribución importante a la literatura vampírica y presenta una figura femenina vampiresa.

La novela "Drácula" de Bram Stoker, publicada en 1897, popularizó la figura del vampiro y estableció muchas de las características modernas del vampiro literario.

Influencia en la cultura popular:

La película "Nosferatu" (1922), dirigida por F.W. Murnau, es una de las primeras adaptaciones cinematográficas de "Drácula" y tuvo un impacto duradero en la cultura cinematográfica.

La serie de películas "Crepúsculo" y la serie de libros de Anne Rice sobre los "Crónicas Vampíricas" también han contribuido a mantener viva la fascinación por los vampiros en la cultura popular.

Por tanto, el vampirismo es un fenómeno cultural que se ha desarrollado a lo largo de la historia a través de una variedad de mitos, leyendas y obras literarias. No hay una fecha específica de origen, ya que sus raíces se encuentran en creencias y supersticiones antiguas que evolucionaron con el tiempo y se mezclaron con influencias literarias y culturales posteriores. Este proceso de evolución ha dado como resultado la diversidad de representaciones de vampiros que conocemos en la actualidad.