Esta interesante localidad, situada en el estado de Baviera, en Alemania, es una de las tres únicas localidades alemanas que están totalmente amuralladas.

Este pueblo de tejados rojizos y calles pintorescas, tiene una curiosa particularidad, su localización, ya que está en medio de un cráter.

El meteorito que originó el hueco (de 25 kilómetros de diámetro y entre 100 y 150 metros de profundidad) cayó hace 15 millones de años, del que ya solo queda la forma; se trata de uno de los cráteres de impacto mejor conservados del mundo.

Pero este pueblo no es interesante sólo por eso, hay más. Se dice que se construyó con diamantes. Esto es porque el meteorito impactó sobre un depósito de grafito y por la presión se generaron 72.000 toneladas de diamantes que quedaron aprisionados en las rocas, con las que se construyó posteriormente el pueblo, aunque los diamantes tienen un tamaño inferior a 0,2 milímetros y no tienen valor, si no ya lo habrían derruido jaja.

El pueblo se construyó dentro del cráter durante la Edad Media, y destaca su protagonismo en la Guerra de los Treinta Años, ya que en sus inmediaciones se disputaron grandes batallas.

La localidad se conserva casi anclada en el medievo. Pero es que además, la torre de la Iglesia de San Jorge todavía tiene guardianes que vigilan simbólicamente la ciudad y gritan «So, G´sell, so», («todo bien, compañeros, todo bien») cada media hora, desde las 10 de la noche, para anunciar que no hay amenazas acercándose a la muralla...