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Oppenheimer y el Proyecto Manhattan

Oppenheimer y el Proyecto Manhattan
Oppenheimer y el Proyecto Manhattan
Oppenheimer y el Proyecto Manhattan

El Proyecto Manhattan fue un programa de alto secreto de los EEUU para fabricar las primeras bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial. Sus resultados tuvieron un profundo impacto en la historia, y la subsiguiente carrera de armamento nuclear cambió radicalmente el orden político mundial de maneras que aún son evidentes hoy en día.

Los principales descubrimientos sobre la naturaleza del átomo tuvieron lugar durante el pasado siglo XX. Durante las décadas de 1920 y 1930, los científicos estudiaban intensamente las ramificaciones militares de la energía atómica. En 1938, el químico alemán Otto Hahn logró un gran avance no solo al dividir el átomo de uranio, sino también al descubrir el inmenso potencial explosivo del proceso. Él y otros científicos alemanes inmediatamente pasaron a centrar sus investigaciones en la creación de una bomba atómica para los nazis.

Los científicos de otras naciones rápidamente se dieron cuenta del trabajo alemán en este campo e iniciaron sus propios programas atómicos. La investigación nuclear en Gran Bretaña, dirigida por científicos alemanes que habían huido del régimen nazi, avanzó con el descubrimiento de que sería posible construir una bomba con solo pequeñas cantidades del raro isótopo uranio-235. Al carecer de este conocimiento, y suponiendo que llevaría muchos años adquirir los suministros necesarios para construir una bomba, los científicos alemanes retrasaron su trabajo a principios de la década de 1940. 

El 2 de agosto de 1939, el famoso científico Albert Einstein le escribió al presidente Franklin Roosevelt instándolo a acelerar el programa atómico de su país para asegurarse de que los alemanes no desarrollaran la bomba primero.

Un Roosevelt alarmado respondió enérgicamente, especialmente después del ataque japonés a Pearl Harbor y la entrada estadounidense en la Segunda Guerra Mundial en Europa y Asia. Llevado por sus asesores científicos a creer que, con gran esfuerzo, se podría desarrollar un arma atómica para 1944, el 17 de junio de 1942, el presidente inició el programa atómico que se denominó Proyecto Manhattan. 

A diferencia de los alemanes, que asumieron que ganarían la guerra rápidamente y que, por lo tanto, no valía la pena continuar con su programa atómico, los estadounidenses y los británicos anticiparon un largo conflicto y, por lo tanto, estaban profundamente comprometidos con sus proyectos. Compartieron información entre ellos en el camino, pero no con la Unión Soviética. Sin embargo, el espionaje soviético supervisó los programas angloamericanos con un grado de éxito que no se conoció hasta muchos años después.

El Proyecto Manhattan, llamado así por un distrito de supervisión del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU en Manhattan, Nueva York, supervisó el programa atómico de los EEUU. Fue encabezado por el general Leslie R. Groves y llevó a cabo su trabajo en instalaciones en Illinois, Tennessee, el estado de Washington y Nuevo México.

El progreso fue rápido, gracias no solo al trabajo científico sino también a la gran capacidad industrial de Estados Unidos por entonces. En diciembre de 1942, los científicos Enrico Fermi y Arthur Compton crearon la primera reacción en cadena de uranio en el sótano del estadio de fútbol de la Universidad de Chicago. Mientras tanto, en una instalación construida al año siguiente en una meseta en Los Álamos, Nuevo México, el científico J. Robert Oppenheimer y su equipo trabajaron para crear la primera bomba atómica.

Los gastos del ultrasecreto Proyecto Manhattan se ocultaron al Congreso, subsumidos en asignaciones para el Departamento de Guerra, y cuando terminó la guerra, eran de aproximadamente 2 mil millones de dólares, eclipsando cualquier otro proyecto militar en tiempos de guerra, excepto la creación del bombardero B-29 Superfortress. Sin embargo, Roosevelt se aseguró de que a sus científicos atómicos nunca les faltaran fondos, sabiendo que si el proyecto tenía éxito, nadie cuestionaría el costo.

La primera bomba estaba casi completa en el momento de la muerte del presidente Roosevelt el 12 de abril de 1945. El nuevo presidente Harry S. Truman ordenó que el programa siguiera adelante a pesar de la inminente rendición de Alemania, con miras a utilizar el arma contra Japón. Mientras que el comité interino que creó Truman consideró la conveniencia militar, política y moral de usar la bomba, el equipo de Oppenheimer completó la primera arma atómica y la preparó para la prueba.

La prueba, cuyo nombre en código es “Trinity”, tuvo lugar el 16 de julio de 1945 en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, a 320 km al sur de Los Álamos. El dispositivo, montado en una torre de metal, constaba de poco más de 6 kg de plutonio encerrado en dos toneladas y media de explosivos. Explotó a las 5:29 am con un efecto devastador, equivalente a la detonación de casi 20.000 toneladas de TNT. 

Groves y Oppenheimer fueron testigos de cómo la bola de fuego atómica se expandía en una nube en forma de hongo visible a casi 100 km de distancia. Horrorizado por lo que vio, Oppenheimer recordó palabras del Bhagavad Gita: “Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”. Pero ya era demasiado tarde para dar marcha atrás. El mundo había entrado en la era nuclear.

El fatídico 6 de agosto de 1945, el Enola Gay, un B-29 Superfortress, lanzó la bomba de uranio apodada Little Boy, que explotó con la fuerza de 12.500 toneladas de TNT a 580 metros sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Con un destello cegador y una nube en forma de hongo que se elevaba, la explosión y la tormenta de fuego resultante arrasaron la ciudad y destruyeron 70.000 edificios. La gente se vaporizó por la explosión y sus sombras quedaron impresas en las paredes. Se estima que entre 70.000 y 80.000 civiles y soldados murieron de inmediato, y miles más tarde murieron por envenenamiento por radiación y quemaduras. Los sobrevivientes atormentados quedaron desfigurados con piel colgante y quemaduras. El presidente Truman envió mensajes públicos anunciando el lanzamiento de una bomba atómica y amenazó con más si Japón se negaba a rendirse. Aún así, el gobierno japonés siguió luchando.

El 9 de agosto, otro bombardero B-29 lanzó una bomba de plutonio llamada Fat Man sobre Nagasaki, con una explosión aún mayor equivalente a 22.000 toneladas de TNT. Debido a la importante capa de nubes, esta segunda bomba no alcanzó su objetivo por un amplio margen, lo que limitó un poco su impacto destructivo. Sin embargo, mató al menos a 30.000 personas y causó sufrimiento a miles de sobrevivientes. Durante los siguientes cinco días, los bombardeos convencionales de otras ciudades importantes mataron a 15.000 japoneses más. 

Finalmente, el 14 de agosto, Japón se rindió y terminó la Segunda Guerra Mundial.

Hay quien defiende no obstante que la declaración de guerra por parte de la Unión Soviética a Japón y no el bombardeo nuclear de Hiroshima por parte de los norteamericanos, fue lo que hizo que Japón, que ahora tendría dos frentes abiertos, se rindiera al final de la Segunda Guerra Mundial, y que el verdadero motivo de que los EEUU lanzaran dos bombas atómicas totalmente innecesarias sobre Japón, que en primera instancia ni siquiera se enteró que eran bombas atómicas hasta que comenzaron a ver sus terribles efectos, fue intimidar a la Unión Soviética (los japoneses fueron los conejillos de indias para hacerlo).

El desarrollo de la bomba atómica y la consiguiente carrera armamentista entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, junto con sus aliados, dieron paso a la era nuclear y pusieron en peligro a toda la humanidad. Aunque las únicas bombas atómicas que se han usado frente a población civil (en un acto monstruoso y totalmente innecesario) fueron las que lanzó EEUU sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría condujo a la amenaza creíble de su uso generalizado y al temor de una destrucción masiva, temor que persiste en nuestros dias ante la irresponsabilidad de los dirigentes de las grandes potencias.

Comentarios (2)

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estefilop • Hace 1 año, 10 meses

fue un asesinato masivo injustificado lanzar dos bombas nucleares sobre población civil y justificarlo diciendo que fue para acabar una guerra...

cristi90 • Hace 1 año, 10 meses

ese tipo de tecnología nunca debió desarrollarse como arma, y no estaríamos donde estamos...