Si os digo que en Bélgica son famosas las patatas fritas, allí llamadas frites, quizás no os haga mucha ilusión y penséis en simples patatas que podemos comer cerquita de casa…Pues no, las frites belgas son una especialidad que forman parte de la cultura de Bélgica. Éstas constituyen un plato único que comen con salsas y en cualquier momento. De hecho, las calles están llenas de friteries donde ponen enormes cantidades de frites, como podéis ver en la foto incluso las esparcen por fuera del cartón donde se sirven.

¿Qué tienen de peculiar estas patatas belgas? Pues principalmente su elaboración, ya que tienen un proceso de doble fritura que hace que queden con ese color dorado y crujientes…Primero se fríen unos 5 minutos a unos 160ºC para luego sacarlas y dejarlas reposar unos 5-10 minutos, la segunda vez se fríen a unos 180ºC durante unos pocos minutos, esto hace que queden crujientes por fuera y blandas en su interior.

A la hora de decidiros por la salsa, será una tarea complicada, ¡ya que los belgas tienen un montón! mayonesa, kétchup, tártara, andalouse, brazil, americaine, samurái, etc.

En cuanto al origen de estas patatas, es algo controvertido, ya que franceses y belgas tienen una larga disputa sobre donde se originaron. ¡No tenemos una respuesta definitiva para esto, lo que sí sabemos es que en Bélgica son unos maestros patateros!